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Martin Scorsese presenta documental en homenaje a Elia Kazan

Aplauden en Venecia cinta de Ozon que reivindica a la mujer

Muy buen recibimiento al cortometraje El Pozo, de Guillermo Arriaga

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Catherine Deneuve, protagonista de la película Potiche, de François Ozon, llega a la proyección de ésta en el Festival de Cine de VeneciaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de septiembre de 2010, p. 9

Venecia, 4 de septiembre. Tiene más de medio siglo en la gran pantalla y ha sido admirada por varias generaciones, pero Catherine Deneuve no pierde un ápice de encanto ni cuando con más de 60 años –que de ningún modo se le notan– aparece con ropa deportiva, tubos y una redecilla en el pelo haciendo ridículos poemas en un bosque.

Esa es la primera imagen de Potiche (mujer florero), comedia de François Ozon que este sábado se estrenó en el Festival de Venecia y acaparó todos los aplausos de la jornada.

Adaptada de una obra de teatro, Potiche sirve al director para abordar el papel de la mujer en la sociedad francesa, donde Ozon observó cómo persiste la misoginia, especialmente cuando siguió la campaña electoral de la aspirante socialista a la presidencia Ségolène Royal.

En rueda de prensa, donde fue recibida con un fuerte aplauso, Deneuve dijo que la situación de la mujer ha cambiado mucho, aunque persisten condiciones diferentes para hombres y mujeres. Muestra de ello, dijo, es la diferencia salarial.

La musa de directores, como Luis Buñuel, aseguró que nunca ha sido una mujer-florero; no obstante, agregó que hubo ocasiones en las que se sintió como tal, como cuando era más valorada por su aspecto que por lo que era.

El director de 8 Women rueda una deliciosa comedia de cuidada estética y música setentera en la que Deneuve da vida a una aburguesada y resignada ama de casa que, tras el secuestro de su déspota marido, decide tomar las riendas de la empresa de éste, provocando una revolución con una buena gestión que apaciguará hasta a los sindicatos, cuyo líder (Gérard Depardieu) siempre estuvo enamorado de ella.

La obra de Ozon no es una comedia hueca; aporta una reflexión sobre los muchos cambios que la sociedad necesita para que la mujer deje de demandar un trato equitativo.

Los aplausos para Ozon dejaron en un segundo lugar otra comedia en concurso, La passione, del italiano Carlo Mazzacurati, en la que Silvio Orlando protagoniza a un director de cine en crisis que queda atrapado en un pueblo de la Toscana donde es obligado a dirigir el calvario y la muerte de Cristo en Semana Santa.

Mejor impresión causó Silent Souls, también en competencia, en la que el realizador Aleksei Fedorchenko muestra, en un tono nostálgico, otra imagen de Rusia emprendiendo un viaje por las tradiciones preortodoxas del país.

Reconocimiento personal

Por otro lado, el más reciente trabajo de Martin Scorsese rinde un homenaje personal a Elia Kazan, uno de los directores más influyentes de Hollywood y Broadway, pero también un personaje controvertido, calificado de informante anticomunista en tiempos de la persecusión del senador Joseph McCarthy.

En A Letter to Elia, documental de una hora que se proyecta en el Festival de Cine de Venecia, Scorsese atribuye a Kazan y su estilo realista y crudo pero cargado de emoción, inspiración para convertirse en director de cine.

Scorsese recuerda el enorme impacto que le causaron en su adolescencia las dos películas más famosas de Kazan, Nido de ratas, con Marlon Brando (1954) y Al este del paraíso, con James Dean (1955).

El reconocimiento suscitó mucha polémica, porque Kazan entregó al Comité de Actividades Antiestadunidenses del Congreso los nombres de ocho miembros del Partido Comunista que habían trabajado en el Group Theater, donde él comenzó como actor.

Decir esos nombres le costó a Kazan, miembro del partido entre 1934 y 1936 antes de dimitir como señal de protesta, muchos amigos en Hollywood.

En sus memorias, Kazan escribió: Había odiado a los comunistas durante muchos años, y no me sentía bien con la idea de abandonar mi carrera para defenderlos. ¿Me iba a sacrificar por algo en lo que creía?, agregó.

Momento de definición en México

El intenso azul de sus ojos, casi dos metros de altura y un cráneo rapado no responden al aspecto del mexicano promedio, pero a Guillermo Arriaga se le nota que su país le duele.

Sus relatos o películas –sobre los que siempre planea la muerte– no ofrecen una mirada complaciente ni se recrean en los aspectos amarillistas de la imagen del país que ahora da la vuelta al mundo por el azote de la violencia asociada al narcotráfico.

Cada año diez México ha vivido momentos difíciles: en 1810, cuando decidimos independizarnos; en 1910, cuando arranca la Revolución, y lo estamos viviendo en el 2010, en que México se está redefiniendo como nación, dijo este sábado en el festival de Venecia, donde presenta el corto El pozo, muy bien recibido por la audiencia.

En el fondo, toda esta violencia no es solamente provocada por el narcotráfico, sino por años de impunidad, corrupción y mala distribución del ingreso. La violencia lo único que está haciendo es agudizar esas contradicciones profundas, expresó.

Y en su opinión, esto no tiene que significar algo malo. Es doloroso y terrible, porque ha afectado a gente directamente vinculada a mí. Hemos pagado nuestra cuota de sangre de una manera muy triste, pero ojalá esto nos haga reaccionar como sociedad y darnos cuenta con qué prioridades debemos reorientarnos.

Creo que tiene que eliminarse definitivamente la impunidad, y definitivamente pienso que es el momento de que nos planteemos cómo redistribuir la riqueza. No es posible, no es justo; no es humano que tantos millones de mexicanos tengan que salir al extranjero a buscar cómo vivir.

Guillermo Arriaga, cuyo metraje compone, junto con otras 12 aportaciones, Mi México, película producida por Tv Azteca para conmemorar la Independencia en México y la Revolución, agregó: Para entender la vida hay que entender la muerte; ésta le da sentido a la vida, subrayó.

Cada acto violento, cada guerra afecta a gente inocente que no tiene nada que ver. Muchos cineastas pueden hacer bromas sobre el tema porque nunca la han sufrido, añadió el autor de El búfalo de la noche y guionista de Babel, entre otras.

Arriaga no puede comentar su labor como miembro del jurado internacional de la selección oficial, tarea que considera un privilegio. Sin embargo, dijo: Es un placer que te vinculen con un grupo de cineastas tan connotados y admirados como los que me rodean, añadió Arriaga, quien no conocía al presidente del jurado Quentin Tarantino, de quien está sorprendido por “su dulzura.

El cineasta prepara en la actualidad una adaptación de la novela The Tiger: A True Story of Vengance and Survival, que el actor Brad Pitt quiere producir con la dirección de Darren Aronofsky, cineasta que abrió este año el Festival de Venecia con Black Swan.