Cultura
Ver día anteriorDomingo 5 de septiembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

En 26 piezas, Rosalba Espinosa convierte el dolor en denuncia

Pérdida de luz, una protesta enérgica contra la pederastia

Exhibe sus pinturas en la Casa de Cultura del Bosque de Tlalpan

Foto
Rosalba EspinosaFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de septiembre de 2010, p. 4

El abuso sexual rompe la vida y el alma de los niños. El silencio convierte a la sociedad en cómplice de los pederastas. La pintora Rosalba Espinosa no quiso quedarse callada. Tomó su dolor, indignación y preocupación y a través del arte los transformó en denuncia. Así nacieron los cuadros e instalaciones de la exposición Pérdida de luz, inaugurada el jueves en la Casa de Cultura del Bosque de Tlalpan.

Una de las obras: un collage compuesto por una serie de fotos del rostro del mismo hombre: Marcial Maciel. Junto, una nota de periódico sobre sacerdotes pederastas. El título: Son legión.

Otra: El tío Johny. Un cuadro apaisado dividido en tres partes: 1a) el retrato de un hombre maduro, de barba y pelo cano, ojos azules; 2a) una muñeca desmembrada, su ropa interior a un lado; 3a) el retrato de un niño, la mirada temerosa, cruzado por una cicatriz zurcida con hilo y aguja. El tío Johny es como se hacía llamar Jean Succar Kuri, sentenciado por el delito de pederastia en contra de niños de Cancún.

Las descritas son dos de las 26 piezas –24 de caballete y dos instalaciones– que integran la exposición de la pintora tapatía: Empecé a trabajar la serie en 2007, preocupada, indignada con lo que leía o me enteraba, y me pregunté qué podía hacer. No soy sicóloga, ni legisladora; como soy pintora lo que hice fue hablar, protestar enérgicamente a través de mis obras, porque el silencio nos hace cómplices. Yo no quise serlo.

En su Pérdida de luz trató, sobre todo, de subrayar las emociones de los niños víctimas de pederastas, mostrar su dolor, su tristeza.

Dolores Garnica escribió un texto para la exposición. Dice en una parte: “Rosalba Espinosa nos cuenta miles de historias en pintura, instalación y video para que contemos nosotros nuestra propia historia: es un lazo que nos unirá a ella desde lo más profundo. En ella nos reconocemos.

Y es que frente al espejo no hay otra opción. Rosalba Espinosa crea el reflejo donde para verse se requiere algo de esa extraña fuerza interna resistente a la llegada o la huida de uno mismo. Esta obra visual es también un espejo donde se comparte el hallazgo: somos niños violados, pero también violadores. Lo somos porque todo lo que compone nuestra identidad es también la historia de los otros.

Censura en Guadalajara

Concluye: La pintura de Rosalba es desahogo duro, pesado, solidario y exquisito. Es un golpe y un abrazo. Es verse en el otro.

Inicialmente, Rosalba Espinosa tenía previsto presentar Pérdida de luz en su natal Guadalajara, pero fue censurada. Prefiere omitir el nombre de los censores para no obstruir un ofrecimiento que tiene de montarla próximamente en otro recinto de la capital tapatía: La prioridad es difundirla.

Ante la censura en Guadalajara, surgió la propuesta de la directora de la Escuela de Administración Pública del Distrito Federal, Mara Robles, para exhibirla en la Casa de Cultura del Bosque de Tlalpan, con el auspicio de la Secretaría de Cultura capitalina.

Durante la inauguración, Mara Robles reveló: “Rosalba no se crió para ser pintora, pudo dedicarse a tareas menos comprometidas en una situación de privilegio, pero en plena madurez decidió romper el molde y expresar su ser de pintora, y no de cualquier pintora.

De pintora rebelde, porque ha hecho de su arte militancia sin panfleto, al tocar temas que duelen, que interpelan, que rezongan a la sociedad tradicional de todas latitudes pero, sobre todo, a la conservadora sociedad tapatía, a la mocha sociedad que le soporta todo a los obispos y que ella ha sabido resistir.

Rosalba Espinosa –describió Robles– es una artista potente por la calidad de su arte y la expresividad de sus pinturas e instalaciones que no dejan a nadie indiferente, pero también porque, hay que decirlo, es una militante de la causa de las mujeres, de la igualdad y el respeto de los derechos humanos; como ella misma sostiene: el arte también es una forma de lucha, muchas veces más subversiva que la misma política.