Sociedad y Justicia
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Sólo en Guerrero la producción bajó 70% en 20 años, lamentan

México cayó del cuarto al décimo lugar como exportador de café: productores
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de agosto de 2010, p. 40

El desmantelamiento de la estructura para respaldar a los productores de café y el impulso que desde la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (Amecafé) y del programa Trópico Húmedo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) se promueve para la producción de café robusta, provocaron que el país pasara del cuarto al décimo lugar como exportador del grano y la actividad tenga dificultades para revertir el decrecimiento en la producción de 2.5 por ciento anual registrado en una década.

Eso impactó fuertemente entre los productores –que se estima son de 300 a 500 mil–, 92 por ciento poseedores de menos de cinco hectáreas, aglutinados en 16 organizaciones de 15 estados.

Zoelio Jaimes, dirigente de la Coalición de Ejidos de la Costa Grande de Guerrero y productor de café en esa región, afirmó: las políticas para el café no son la excepción en comparación con las que se aplican para otros agricultores. Desde el gobierno del ex presidente Vicente Fox los recursos pasan primero por las manos de despachos, presuntamente especializados, que negocian con los proveedores las adquisiciones de molinos, tostadoras, beneficios, entre otros implementos, y llegan a los productores tres veces más caros, y además obligan a los campesinos a aportar la mitad del costo. Eso es golpear la economía campesina.

Ubicado en una de las zonas más tradicionales de producción de café y con una extensa historia de lucha para mejorar las condiciones de vida de las familias de los labriegos, Jaimes comenta que la producción de café en la Costa Grande de Guerrero cayó 70 por ciento por el envejecimiento de los cafetales, derivado de una cadena de burocratismos y corrupciones que impiden que los pocos recursos lleguen a los campesinos y ha obligado a los productores a emigrar a Estados Unidos.

En 1989, cuando existía el Instituto Mexicano del Café, se producían 300 mil quintales en 12 municipios del estado; actualmente se tiene un registro de 80 mil quintales (cada quintal es un costal de 60 kilos); había 50 mil hectáreas con cafetos y ahora ocupan 15 mil hectáreas. La calidad del café no está en duda, dice.

Los productores cafetaleros de esta región fueron de los primeros en obtener un sello internacional que garantizaba que su producción era orgánica y en exportar su grano a Alemania, Holanda y otros países de Europa. Su lucha por mejorar los cafetos, el reconocimiento de la calidad del grano y precios más elevados fue larga.

Nos quisieron dividir con ofrecimientos de proyectos productivos; hubo amenazas y presiones. Existimos y continuamos, pero sí hay un decaimiento en la organización, porque no hemos comprendido que quienes gobiernan son los que nos deben respetar y respaldar y no al revés, como ellos pretenden que hagamos.

Zoelio Jaimes, quien en su juventud estuvo preso cinco años, durante el combate que emprendió el gobierno en los años 60 y 70 del siglo pasado contra la guerrilla en esa entidad, sostiene que el pueblo “no debe dejar que el Presidente, los gobernadores y otros impongan las políticas que no responden a las necesidades de la mayoría, ni sólo ser personas que votan y depositan su confianza en otros que al llegar a los cargos de elección popular olvidan a sus electores.

Al país hay que volverlo a construir desde las comunidades, desde allí debe generarse la transformación social, la batalla contra el maíz y otros alimentos transgénicos; evitar el envenenamiento de los jóvenes; pugnar por un sistema educativo al que accedan todos, que no haya más jóvenes sin escuelas ni trabajo. Nosotros tenemos la visión, pero nos faltan los recursos para impulsar los cambios.