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Elena presenta un número de malabarismo; Natasha, un acto aéreo con cuerdas

Artistas rusos hacen alarde de destreza en temporada estival del circo Atayde
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de agosto de 2010, p. 9

La escuela rusa, famosa en el mundo por sus aportaciones al arte circense, puede que ya no tenga el impacto de antaño, pero indudablemente sus egresados siguen repartiendo su destreza por doquier, como Elena Goraleva, quien actualmente asombra al público del circo Atayde Hermanos con su acto de malabares con las clavas.

La rubia presenta un acto fuera de lo común: trabaja con 16 clavas auxiliada por sus Dandies, como son presentados sus tres coterráneos que igual merecimiento tienen a la hora de los aplausos.

De figura menuda, Elena accede a unas preguntas, mientras fuma un cigarrillo en espera de la siguiente función. Cuenta que le ha llevado mucho tiempo perfeccionar su acto. Pasó una década en la escuela, entonces soviética. Allí asimiló los secretos de los malabarismos, la parte del espectáculo que más le llamó la atención y que le ha permitido conocer el mundo.

Al acostumbrado malabarismo con las clavas, esto es, lanzarlas al aire, nuevamente tomarlas y repetir la acción, Elena le ha añadido no una si no tres dificultades ya que es un trío, el que la acompaña.

Intercambio alucinante

Diestros los cuatro, hacen volar las ligeras clavas y a velocidad pasmosa realizan un intercambio alucinante. Uno se pregunta si alguna vez errarán.

Sabido es que la maestría se logra con base en la práctica, lo que el cuaterto hace una hora diaria.

Al número, el público responde con una buena dosis de palmas, de esas que colman las ansias de reconocimiento de quienes se muestran en el escenario.

Foto
El circo es mi vida, dice NatashaFoto La Jornada

Elena visita México por primera vez; procede del Big Apple Circus, que hace temporada en Nueva York. La acompaña, aunque en número por separado, Natasha, otra belleza eslava, quien se desplaza en las alturas en un acto aéreo con cuerdas, que también agrada al público de la carpa.

Ambas mujeres tienen en común trabajar bajo las lonas, pero sus origen es distinto: Elena es de academia y Natasha nació en el circo, es su vida.

Bajo el régimen soviético la escuela de circo fue severa; hoy, asegura la malabarista, se ha diluido algo eso. Muchos profesores y entrenadores han emigrado a países europeos o a Estados Unidos, al igual que los elencos; unos más se han separado porque contrajeron matrimonio y otros han sido atraídos por diferentes quehaceres.

Elena y Natasha se dijeron afortunadas de estar en México, por el trato que reciben y la calidez del público, a pesar de que, a veces, las gradas no luzcan abarrotadas.

La temporada veraniega del Atayde se complementa con otros buenos números como el de Los astrales, telépatas y mentalistas colombianos que asombran con sus certeras adivinanzas de nombres de los concurrentes tomados al azar.

Cuentan, asimismo, con el payaso chileno Filito Caluga y sus paisanos trapecistas, Los Villa; la extraordinaria tiradora Vanessa Ríos, y las infaltables elefantas, las más veteranas de la compañía.

El Circo Atayde Hermanos ofrece funciones de lunes a sábado a las 17 y 20 horas, y los domingos a las 12, 16 y 19 horas, en calzada de Tlalpan 855, cerca de la estación Villa de Cortés del Metro.