Regresó del Mundial Sudáfrica 2010 con una sonrisa inocultable y el orgullo de pasar a ser uno de los dos silbantes con más partidos arbitrados en la historia de estos torneos, pero Armando Archundia aseguró que hubiera resignado su premio mayor por evitar la eliminación del Tri en la segunda fase, y dejó en claro que aún no piensa en el retiro.

Hubiera sacrificado no estar en el encuentro del tercer y cuarto lugar (Uruguay-Alemania) porque la selección estuviera en la final, comentó Archundia en medio de porras de familiares y amigos que acompañaron su retorno al país, junto con el asistente Marvin Torrentera.

Defendió el desempeño de la selección nacional, porque siempre voy a tratar de apoyarla, es el equipo al que le voy y pidió no comparar la buena imagen que dejó el arbitraje mexicano con la decepción en lo futbolístico, porque las circunstancias son diferentes y (los jugadores) creo que han tenido un poquito de mala suerte. Pero con con los jóvenes que están surgiendo creo que tenemos un excelente futuro, y el quinto partido está seguro en el siguiente Mundial.

Tras su buen desempeño en Sudáfrica, Armando Benito Archundia sabe que su futuro se escribe por estos días y dejó entrever que no piensa retirarse.

En la justa que concluyó el 11 de julio fue designado por FIFA para dos importantes partidos de fase de grupos –Brasil-Portugal e Italia-Paraguay–, además de tener a su cargo el juego por el tercer puesto. Con ello alcanzó el récord de ocho encuentros en Copas del Mundo, tras sumar cinco en Alemania 2006, y llegó al tope del arbitraje en mundiales.

El silbante mexicano muestra una tarjeta amarilla al jugador Diego Pérez, durante el encuentro Uruguay-Alemania, en el pasado torneo de futbolFoto Ap

Por ello, hoy se especula con su llegada a un cargo directivo en la Federación Mexicana de Futbol (FMF), posibilidad que no desmintió, y que, dijo, definirá tras un pequeño receso; platicaremos con gente de la federación y la familia.

Archundia se declaró totalmente a disposición de las autoridades del balompié local, en sus manos, como agradecimiento por el apoyo que dijo ha recibido desde su debut en el máximo circuito (1991) y tras la obtención del gafete internacional (1993).

Me gustaría ayudar al arbitraje en cualquier lugar donde me pidieran. Así como hubo gente que me ayudó y me apoyó, en cualquier lugar que me pusieran, aunque sea abriendo la puerta en el Centro de Capacitación (de árbitros), y lo digo en serio, en la trinchera que me pusieran, remarcó, aunque no pudo ocultar el deseo de continuar en las canchas. Quisiera alcanzar 20 años en primera división, los cumpliría el siguiente año, confesó con su hijo en brazos.

Por otra parte, dio mérito al torneo mexicano por su competitividad, que dijo explica su destacada labor y la de sus colegas, y defendió la actuación de los hombres de negro en el reciente Mundial.