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Reducir tensiones entre uzbekos y kirguisos, su gran desafío

Rosa Otunbayeva asume la presidencia interina de Kirguistán; promete legalidad
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Otunbayeva jura como presidenta interina de KirguistánFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de julio de 2010, p. 22

Biskek, 3 de julio. Protagonista en la revuelta que derrocó al presidente Kurmanbek Bakiyev, hace tres meses, Rosa Otunbayeva juró hoy como presidenta interina de Kirguistán y se convirtió en la primera mujer que accede a esta función en Asia central, donde prevalecen los gobiernos autoritarios.

Otunbayeva, de 59 años, prometió no escatimar esfuerzos para crear una nueva cultura política basada en un estricto respeto a la ley del país asiático.

Ex ministra de Relaciones Exteriores y embajadora en Gran Bretaña, Otunbayeva fue investida para un periodo transitorio de un año y medio, una semana después de que los ciudadanos aprobaron en referendo una nueva Constitución que establece un sistema democrático parlamentario.

Kirguistán está ubicado en un nudo montañoso sin salida al mar, vecina de China y sede de dos bases militares extranjeras, una rusa y otra estadunidense, que Washington utiliza para apoyar el suministro de víveres y pertrechos para sus tropas en Afganistán.

La religión mayoritaria es el Islam de la corriente sunita, y aunque se hablan diversas lenguas, predomina el kirguís, de raíz turca.

El gobierno enfrenta ahora el desafío de reducir la tensión en el sur del país asiático, donde una serie de enfrentamientos registrados en junio pasado entre la minoría uzbeka y la mayoría kirguisa causaron la muerte a unas 264 personas, según cifras oficiales.

Las agencias internacionales de ayuda advirtieron del riesgo de una crisis cuando terminen de regresar las 75 mil personas que huyeron al vecino Uzbekistán.

Otunbayeva acusó a supuestos poderes oscuros por el origen del sangriento conflicto y adoptó un tono conciliador, evitando culpar a un grupo étnico en particular. Prometió que el gobierno a su cargo hará más esfuerzos para garantizar los servicios públicos a los ciudadanos del sur del país.

Informaciones oficiales han dado cuenta de que 70 por ciento de la ciudad de Osh, la localidad natal de Otunbayeva, quedó destruida como resultado del conflicto interétnico.