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La explosión del combustible provocó una bola de fuego que envolvió al pueblo de Sange

Mueren al menos 230 congoleños por el estallido de camión cisterna

La mayoría de los que perecieron veían por tv el juego de Brasil con Holanda del Mundial de Futbol

Temen que la cifra de víctimas fatales aumente; los heridos la noche del viernes suman más de 190

Un cine y 20 casas se quemaron; personas que recogían gasolina derramada quedaron incineradas

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Decenas de muertos son depositados en un recinto habilitado como morgue en Sange.Foto Reuters
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Heridos con quemaduras graves son atendidos en el hospital de la localidadFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de julio de 2010, p. 19

Kinshasa, 3 de julio. Al menos 230 personas murieron cuando un camión cisterna con combustible volcó y estalló en el este de la República Democrática del Congo, lo que desató una bola de fuego que envolvió a un pueblo en la localidad de Sange en momentos en que la gran mayoría de los residentes presenciaban en la televisión uno de los encuentros de la Copa Mundial de Futbol.

Funcionarios informaron este sábado que la explosión ocurrió la noche del viernes y también dejó 196 heridos, y temen que la cifra de muertos podría aumentar.

El drama se produjo a las 18 horas local en Sange, localidad ubicada a 70 kilómetros al sur de Bukavu, no lejos de la frontera con Burundi, cuando un camión cisterna procedente de Tanzania volcó en pleno centro del pueblo, según el vocero del gobierno provincial Vincent Kabanga.

Los muertos eran en su gran mayoría espectadores que veían el partido de futbol entre Brasil y Holanda de la Copa del Mundo en una sala de cine local. Nadie salió vivo, dijo Kabanga.

Hubo escenas de pánico cuando se derramó el combustible, lo que generó una explosión que se propagó a todo el pueblo, agregó el funcionario.

Unas 20 casas se incendiaron, informó la Cruz Roja a reporteros de prensa locales y extranjeros.

Los cuerpos están calcinados. Es horrible, todavía hay llamas en el camión, explicó a los medios de comunicación un agente de seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), quien llegó la noche de este sábado al lugar de la tragedia.

Algunas de las personas fallecieron al intentar recoger el combustible que salía del tanque, pero la mayoría murió en sus casas o viendo el partido de futbol en un cine, según fuentes oficiales.

Helicópteros de la ONU comenzaron a llevar a los heridos a un hospital, mientras el ejército de la República Democrática del Congo, que perdió varios hombres en la explosión, envió soldados para ayudar con el rescate de víctimas de la tragedia.

Nuestras cifras más recientes son 230 muertos y 196 heridos, declaró a los periodistas Madnodje Mounoubai, vocero de la misión de la ONU.

El gobierno de la República Democrática del Congo reveló el mismo número de muertos e informó que entre las víctimas fatales se encuentran 61 niños y al menos 36 mujeres.

Es una escena terrible. Hay decenas de cadáveres en las calles. La población está terriblemente conmocionada, nadie llora ni habla, dijo Jean-Claude Kibala, vicegobernador de Kivu Sur.

Estamos intentando estudiar cómo coordinarnos (con la ONU) para abordar la situación y ver la forma de llevar a los heridos al hospital, añadió.

James Reynolds, el vicedirector del Comité Internacional de la Cruz Roja en el país, señaló que muchos de los cuerpos fueron calcinados a un nivel en el que a sus familiares les es imposible reconocerlos. Es una escena terrible, y una tragedia, agregó.

La misión de la ONU en la República Democrática del Congo (Monusco, por sus siglas en inglés) puso a disposición de los servicios de rescate tres helicópteros MI-17 para proceder a los traslados y alertó y activó sus hospitales en las localidades vecinas de Uvira y Bukavu,.

Los servicios de rescate fueron organizados por los miembros del servicio médico de Sange, del ejército congoleño y del contingente médico paquistaní de la misión de la Monusco, con sede en Sange, declararon las autoridades, que refirieron que los cuerpos de varios de los congoleños fallecidos ya fueron enterrados en fosas comunes.

En el seno de la Monusco circularon informes contradictorios sobre la presencia de cascos azules de Naciones Unidas entre las centenares de víctimas.

Una fuente de seguridad de ese contingente militar internacional declaró, bajo anonimato, que cinco cascos azules paquistaníes murieron en el accidente.

Sin embargo, el portavoz de la misión, Madnodje Mounoubai, aseguró que entre las víctimas no hay soldados de la ONU.

Una fuente militar de la fuerza de paz del organismo mundial dijo no tener información sobre posibles víctimas, y añadió que están verificando entre las unidades presentes en la zona.

Gente extremadamente pobre en la República Democrática del Congo –un país que intenta recuperarse de una guerra civil que duró desde 1998 hasta 2002– suele apresurarse, para aprovisionarse, a llegar a camiones cisterna que derraman petróleo en carreteras y caminos, sin darse cuenta de la peligrosidad que representa.

Accidentes de este tipo suelen producirse frecuentemente en el continente africano debido al deterioro y abandono de sus carreteras tras años de guerras interétnicas entre poblados.

A lo anterior hay que sumarle las limitaciones con las que deben hacer frente a las autoridades autoritarias para enfrentar accidentes de este estilo.

Por todo lo anterior, la ayuda y colaboración de la ONU y organizaciones como la Cruz Roja se hacen indispensables en la República Democrática del Congo y otras naciones de la región.

Otro ejemplo de los malos sistemas de comunicación que existen en la zona es el accidente ferroviario que se produjo el pasado 22 de junio, cuando descarriló un tren que se cobró la vida de al menos 60 personas.