Nueva York, 30 de junio. El asesinato de Rodolfo Torre Cantú incrementó la preocupación en los ámbitos políticos y económicos de Estados Unidos por su impacto en la vida política en México, pero no es un incidente que provoque por ahora un llamado para repensar la estrategia antinarcóticos o cuestione la estabilidad del país vecino.

El gobierno de Barack Obama reiteró que el asesinato es motivo de gran preocupación, pero dijo que esta tragedia sólo indica que la lucha antinarcóticos tiene que proceder de manera vigorosa y ser reforzada aún más –esto es, se requiere más de lo mismo y este incidente no cambia esa óptica.

Andrew Selee, director del programa sobre México del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson (International Center for Scholars), declaró que para la cúpula política en Washington, el asesinato de un candidato a la gubernatura no está provocando un cambio en la política hacia el país vecino. No estoy seguro de que este incidente sea un punto crítico. Sí eleva el nivel de preocupación por la influencia del crimen organizado sobre la vida pública y política, pero es algo que marcará un cambio en la política estadunidense, dijo en entrevista con La Jornada.

Sin embargo, un oficial federal de inteligencia –quien pidió el anonimato–, en entrevista con el periódico Dallas Morning News, señaló que aunque los atentados contra políticos en México no son nada nuevo, el asesinato de Torre Cantú es una señal preocupante de que esto ocurrirá a un nivel más sistemático. Esto, dijo, ya indica un interés de las organizaciones criminales de buscar mayor control de estados como Tamaulipas, y ya no sólo batallar por rutas de distribución (de drogas). Esto sólo creará mayor ansiedad entre los políticos. Afectará todo el sistema político mexicano.

Aunque no se dice nada más en público, sí se sabe que hay reuniones en Washington sobre las implicaciones de este asesinato. Y no cabe duda que la ejecución de una figura de alto perfil está nutriendo aún más los argumentos de algunos políticos que continúan advirtiendo sobre la amenaza de la violencia del otro lado de la frontera.

De hecho, los gobernadores de Texas y Arizona pidieron esta semana al gobierno de Obama el envío de más tropas de la Guardia Nacional, reportó el Wall Street Journal, aunque no vincularon esa demanda con la muerte del político tamaulipeco –pero no sorprendería que lo hicieran ahora. Obama ya anunció el envío de mil 200 elementos de esas tropas, pero otros, como el senador republicano John McCain, están promoviendo una legislación para que se envíen 6 mil soldados a los cuatro estados fronterizos con México.

Para el Houston Chronicle, el asesinato de Torre debería alarmar igual a mexicanos y estadunidenses, escribió en su editorial de ayer. Indicó que el atentado aparentemente fue realizado por narcotraficantes que operan en el norte de México y a lo largo de la frontera con Texas, y afirmó que eso es cerca de casa y demasiado cerca para la comodidad, y por tanto opina que se debería mantener el apoyo estadunidense a la lucha antinarcóticos en México.

El atentado también generó preocupación en sectores financieros. El Financial Times informó que clientes de banqueros de inversión en México expresan una creciente preocupación por la violencia en ese país, y se está realizando una serie de teleconferencias para informarles de la situación. A la vez, dicen que inversionistas con conocimiento del país vecino tienen claro que la situación de seguridad no representa una amenaza real a la estabilidad del gobierno nacional, reporta el rotativo, como también que el conflicto carece del componente ideológico que definió la guerra del narco en Colombia. Pero claro, esos dos hechos pueden cambiar. Por ahora, no hay evidencia de que lo harán, reporta el Times.

El periódico cita a Jimena Zúñiga, analista de Barclays Capital, que resumió la situación en un mensaje a sus clientes: “El asesinato de hoy, de Rofolfo Torre (ocurrió el lunes pasado), no debería ser percibido como reto directo a las autoridades nacionales, en nuestra opinión, pero su significado sugiere una alta probabilidad de una fuerte respuesta del gobierno federal (...) que posiblemente resultará en una escalada significativa en la guerra contra el crimen. Si éste es el caso, creemos que la violencia podría intensificarse…” La analista financiera concluye: Desde un punto macroeconómico e institucional, creemos que este evento no es suficiente para cambiar nuestra evaluación de largo tiempo de las condiciones de seguridad en México: no amenaza al régimen.