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Mariah Carey tiene suficientes para llenar una habitación

Muestra en Alemania recorre 40 mil años de historia de los zapatos
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de junio de 2010, p. a16

Maguncia (Alemania), 27 de junio. Dicen que la diva del pop Mariah Carey podría llenar una habitación entera con ellos. La ex primera dama filipina Imelda Marcos dejó más de mil pares en el palacio presidencial cuando huyó con su marido, en 1986. Y también a Goethe se le atribuyó la afición por los zapatos finos: los de sus amadas.

El calzado no sólo es cosa de mujeres, como reseña la exposición Manía por los zapatos, de pies fríos a suelas calientes, inaugurada hoy en Maguncia, y que ofrece un panorama de 40 mil años de historia del calzado.

La muestra reúne unos 400 pares de zapatos distintos, mechados con abundante información sobre la fabricación, moda e historia de los modelos.

Abarcan desde las sandalias de rafia de la edad de piedra hasta el calzado futbolístico del ex jugador alemán Jürgen Klinsmann, botas larguísimas, patas de rana, zapatos de porcelana y hasta los delicados modelos que lucieron estrellas mundiales como Judy Garland, Madonna o Marilyn Monroe.

La directora de la exposición, Andrea Müller, detalla cuatro temas claves: Creencia y suerte, Arte y diseño, Sensualidad y erotismo, Estatus y poder. Entre otras cosas, las cédulas ofrecen datos curiosos como que en el siglo XVII sólo la nobleza francesa podía usar tacones rojos.

¿Tienen las mujeres realmente obsesión por los zapatos? El sicólogo e investigador Stephan Lermer tiene una hipótesis al respecto: Las mujeres a menudo se definen por su aspecto. Los zapatos se compran con rapidez y sin tener que pasar por el molesto probador.

Y si consiguen su calzado en locales finos, los vendedores prácticamente se postran ante ellas, de modo que inconscientemente se sienten la que manda, la princesa, opina Lermer.

Gran parte del calzado es una expresión de riqueza y variedad; los tacones altos son eróticos. De hecho, fueron inventados para los jinetes y en principio fueron usados por los hombres, se indica. Y hasta hoy día, según Lermer, está vigente la idea de que “un hombre se siente más cool con botas de cowboy”.

Los visitantes podrán experimentar por sí mismos si se puede caminar bien sobre tacones altos, ya que de una caja eligen zapatos de diversas épocas y países, y dan pasos de prueba sobre una pasarela.

También acá hay igualdad de condiciones para ambos sexos: no sólo las mujeres se los prueban, sino también los hombres se animan a treparse a ese calzado: hay tacones altísimos para ellos, en tamaños grandes y de color rojo estridente, por ejemplo.