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Era un hombre que siempre estaba del lado de los perdedores, recordó Eduardo Galeano

Personajes de la política y el arte del orbe lamentan el deceso de José Saramago

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero envió a la viuda del Nobel las condolencias de todos los españoles

El mundo quedó más burro y más ciego, señaló el cineasta Fernando Meirelles

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Saramago y Nadine Gordimer, Nobel de Literatura 1991, en la FIL de Guadalajara 2006Foto Carlos Cisneros
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De izquierda a derecha: Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Carlos Monsiváis; Juan Goytisolo; Carlos Fuentes; Gabriel García Márquez, y el autor de El hombre duplicado en la FIL de 2004
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de junio de 2010, p. 5

La muerte de José Saramago no sólo causó profundo pesar en el medio literario mundial, sino también en la cultura, el arte e incluso la política de varios puntos del orbe.

El autor uruguayo Eduardo Galeano afirmó que la obra del portugués continuará siendo entrañable y extrañable, al igual que su forma de actuar, que lo ubicaba siempre del lado de los menos favorecidos.

Lo extrañaremos mucho aunque siga estando. (Se extrañará) su obra y también a él, a sus acciones, (porque) era un hombre que estaba siempre del lado de los perdedores, comentó el autor de Las venas abiertas de América Latina.

Las muestras de dolor también fueron la tónica de diversos intelectuales y escritores cubanos, quienes destacaron a Saramago como gran amigo de la isla y un escritor comprometido y consecuente con su modo de pensar.

Cuba pierde a un gran amigo y la literatura universal un ejemplo de ética y de creatividad perenne, afirmó el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el poeta y novelista Miguel Barnet.

Por su parte, el novelista Leonardo Padura Fuentes afirmó que el autor lusitano era uno de los iconos de las letras del siglo XX e inicios del XXI, y un hombre que tenía tanta preocupación por la literatura como por el contexto en el que la hacía.

En Nicaragua, el escritor Sergio Ramírez Mercado, además de calificarlo como juez severo de su época, sostuvo que el autor de Todos los nombres fue la conciencia de la literatura, una voz con consecuencia. En una época en que la palabra compromiso ha perdido su significado, él se lo siguió dando, haciéndonos recordar que detrás de las palabras del escritor hay una responsabilidad con lo que se dice y lo que se hace.

También desde el país centroamericano, los poetas Ernesto Cardenal y Gioconda Belli manifestaron su pesar.

Lamento mucho su muerte. Era un gran escritor, merecedor como pocos del premio Nobel, pero además un bello ser humano, un comunista profundamente honesto, defensor de todas las buenas causas, un hombre humilde, dijo Cardenal en un comunicado.

Belli, en tanto, dijo sentir “como si la garganta poética del mundo hubiese perdido una de sus cuerdas vocales. Saramago abrazó con su literatura el corazón confundido de esta generación posguerra fría, y con una ironía sin puñales apuntó a los males que nos aquejan como especie en estos tiempos: la ceguera, la indiferencia, la duplicidad, la vacía religiosidad”.

En Madrid, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, envió un telegrama en el que expresó a Pilar del Río, viuda del escritor, las condolencias de todos los españoles.

Mi querida amiga, mi querida Pilar: quiero expresarte mi profundo sentimiento de condolencia por la muerte de José Saramago, escritor de lengua y alma hermanas, cuya palabra (...) que le ha convertido muy a menudo en la voz de los más débiles.

La ministra de cultura de España, Ángeles González-Sinde, recordó a Saramago como hombre de izquierdas muy comprometido, con una conciencia social muy fuerte que nunca le hizo dejar de lado el aspecto artístico y creativo de su obra.

Desde Sao Paulo, el director brasileño Fernando Meirelles, quien llevó al cine una de las más importantes obras del fallecido escritor, Ensayo sobre la ceguera, recordó a un hombre brillante, que con su muerte dejó al mundo más burro y más ciego.

La lucidez en aquel grado es un privilegio de pocos; no consigo escapar al cliché, pero definitivamente hoy el mundo quedó todavía más burro y más ciego, dijo el realizador.

Saramago era un hombre lógico, decía que la muerte era simplemente la diferencia entre estar aquí y ya no estar. Combatía a las religiones con furia (...) y no consigo dejar de pensar que adoraría que en este momento él tuviese que dar el brazo a torcer al ser sorprendido por otro tipo de vida después de la que tuvo aquí.

El deceso de José Saramago fue considerado en Uruguay como duelo para el mundo. Entre otros, la escritora Sylvia Lago, especialista en literatura y presidenta de la Fundación Mario Benedetti, indicó que aquél es uno de los grandes escritores universales, innovador del estilo, preocupado por el destino de la criatura humana en el difícil devenir del universo.