Sociedad y Justicia
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Lagunas de Xico mitigarían la sed de Iztapalapa

Ahí está el agua; si se bombea hasta Hidalgo, podríamos hacerlo a esa delegación

 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de junio de 2010, p. 36

Cada año las lagunas de Xico, que se extienden a lo largo de mil 556 hectáreas en los límites de Tláhuac y Valle de Chalco Solidaridad, captan aproximadamente 200 millones de metros cúbicos de aguas pluviales, que por no filtrarse a los mantos freáticos son bombeadas hacia una red de túneles que las desalojan hacia Hidalgo y Veracruz, sin que se aprovechen para los cultivos de Mixquic o para atender las necesidades del servicio en zonas cercanas como la sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa, donde 600 mil familias padecen escasez.

Durante un recorrido realizado a lo largo de las cinco lagunas de Xico (San Martín, Xico Nuevo, Ximalpa, Tláhuac y Las Tablas), únicos espejos de agua del suroriente, se pudo observar un panorama contrastante, pues mientras en sus remansos se desplazan garzas negras y patos, y su vegetación la constituyen juncos y tulares, en algunas orillas –sobre todo las que limitan con la avenida Tláhuac– se multiplican montículos de cascajo, a pesar de que policías mexiquenses resguardan el acceso.

Un enorme tubo extrae incesantemente grandes cantidades de agua de esas cuencas, para arrojarlas a un canal e iniciar desde ahí su salida del valle de México. Cerca de ahí, enormes extensiones de sembradíos de brócoli y lechuga de productores de Mixquic se perdieron en días recientes por no haber sido regadas, detalló la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Elena Burns, quien lleva 15 años trabajando en esa zona para ubicar los puntos factibles para la recarga de los mantos acuíferos.

Las mismas aguas de las lagunas, que no se pueden filtrar al subsuelo por tener una base de 300 metros de arcilla y basalto, se acumulan y elevan en épocas de lluvia hasta generar riesgo de inundaciones en colonias cercanas, como San José y La Habana, en Tláhuac, expresó Burns.

Maricela Galván y Libia Palacios, vecinas de las calles Guadalupe Trigo y Rafael Castillo, en esta demarcación, describen la incertidumbre y el temor que invade a mucha gente del lugar cada temporada de lluvias, porque ven cómo los niveles de agua de las lagunas se incrementan y llegan a invadir sus casas.

Por eso, las autoridades de la delegación Tláhuac pusieron una larga línea de costales de arena, de 40 centímetros de altura o más, para contener una posible inundación mayor.

Actualmente la delegación Iztapalapa e integrantes de la Comisión de Cuenca de los Ríos Amecameca y La Compañía, así como investigadores de la UAM proponen a la Comisión Nacional del Agua una solución a esas inundaciones y desalojos del líquido pluvial: horadar el fondo de las lagunas, hasta 15 metros, y posteriormente construir infraestructura hidráulica que permita enviarlo a la sierra de Santa Catarina, con lo que se podría resolver la crisis hídrica que allá se vive y frenar la explotación de los acuíferos.

Autoridades de Iztapalapa detallaron que de reorientarse el líquido hacia allá tendrían 700 litros de agua por segundo al día, con lo que se resolvería la situación que enfrentan 600 mil personas, quienes la reciben por medio de tandeo dos veces a la semana.

Elena Burns considera que la inversión en ese proyecto no sería muy elevada. Se podría poner una planta potabilizadora en la zona seca, sólida y segura de las lagunas, y mandar el agua allá, subirla mediante bombeo a las cajas que están arriba, en La Caldera, y de ahí a las sierras de Santa Catarina y de Guadalupe, donde hay tanta carencia de ese bien. Ahí está el agua... si podemos bombearla hasta Hidalgo, creo que podemos bombearla a Iztapalapa.

Incluso expresó que los costos de potabilización disminuirían, pues las pruebas de calidad de las precipitaciones pluviales de las lagunas de Xico son, en su mayor parte, muy buenas.