Sociedad y Justicia
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Sí hay una política de Estado en tecnología: Alonso Lujambio; inviable nueva secretaría

Apoyo a la ciencia, indispensable para mantener la independencia

Comprar la tecnología que necesita el país pone en peligro la soberanía, advierte Arturo Menchaca

Cambia el estilo, pero no la esencia de la AMC, señala el nuevo presidente

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Autoridades educativas asistieron a la ceremonia por los 51 años de la Academia Mexicana de Ciencias, en la imagen José Narro, Alonso Lujambio, Juan Carlos Romero, Rosaura Ruiz, Arturo Menchaca y Yoloxóchitl BustamanteFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de mayo de 2010, p. 34

En su mensaje al asumir la presidencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) para el periodo 2010-2012, Arturo Menchaca Rocha afirmó que si México quiere sobrevivir como país independiente es urgente un apoyo decidido a la ciencia, las humanidades y al desarrollo tecnológico.

Ante sus colegas reunidos en el auditorio Galileo Galilei de la AMC, señaló que una nación que compra 96 por ciento de su conocimiento y lo paga con materia prima, corre el riesgo de quedarse al margen del éxito económico, pero también de perder su soberanía.

Menchaca Rocha, físico nuclear y catedrático del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), agregó que es imperativo acordar un programa básico de acciones gubernamentales en pro de la ciencia y las humanidades que busque el consenso de todos los actores políticos, más allá de cuestionamientos ideológicos.

Al hacer un reconocimiento a la presidenta saliente del organismo, Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien demandó la creación de una Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, que articule los esfuerzos para crear una verdadera política de Estado en la materia, Menchaca Rocha aseguró que el “discurso de la AMC –que celebra su 51 aniversario– puede cambiar en estilo, pero no en esencia”.

Cambio de visión

Reconoció que ante el grave retraso tecnológico del país hay otros problemas que afrontar, como alimentación, educación, salud, agua y energía, en los que los más de 2 mil miembros de la academia pueden participar en la búsqueda de soluciones.

Hoy hacemos pública nuestra firme intención de buscar mecanismos de vinculación entre la AMC y las instancias gubernamentales, sociales y de la iniciativa privada dispuestas a colaborar con nosotros en este esfuerzo.

En el acto, Alonso Lujambio, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), enfatizó el compromiso del gobierno federal por impulsar el desarrollo científico y tecnológico del país, aunque agregó que es necesario pasar de una visión estatista del desarrollo de la ciencia a una estrictamente social de la extraordinaria vinculación que se requiere con los actores pro- ductivos para generar el cambio que nos urge.

Afirmó que no sólo estamos ante un dilema presupuestario, sino organizacional y cultural en relación con el desarrollo científico de México.

Tras la entrega de los Premios Weizmann 2009 a las mejores tesis de doctorado en ciencias exactas, naturales e ingeniería, así como los premios de la ACM a las tesis de doctorado más destacadas en el campo de las ciencias sociales y humanidades, el funcionario federal afirmó que en México sí hay una política de Estado en ciencia y tecnología, pero aclaró que necesitamos más recursos y vinculación con la sociedad y con el sector productivo.

En cuanto a la propuesta para crear una secretaría del ramo, afirmó: no veo esa posibilidad en el horizonte. Creo que la SEP, específicamente en el ámbito de educación superior y la ciencia, debe continuar perfeccionando su vínculo con el sector de investigadores y con las universidades que realizan una labor tan importante para el presente y futuro del país.

Al respecto, Ruiz Gutiérrez señaló que en México la ciencia es un tema de seguridad nacional, cuya atención debe ser prioritaria. Sin embargo, enfatizó que ante la crítica situación de violencia, inseguridad, inestabilidad y profunda desigualdad que vive la sociedad mexicana, no se le considera un sustento para la construcción de un país más promisorio.