Vecinos del Centro Histórico dijeron estar de acuerdo con el tranvía, pero advirtieron que sin un programa de sustentabilidad rompería la estética y contribuiría al desorden en el primer cuadro de la ciudad.

Sí al tranvía, sí a la inversión, pero con un proyecto de conservación y sustentabilidad para lo que es la zona de monumentos más grande de América Latina y patrimonio nuestro, señaló Ariel Gracia, vecino de la calle Isabel La Católica.

Al gobierno le interesa que sean más los millones de personas que visiten el CH y que encuentren más y mejores atractivos, lo mismo los empresarios. Sin embargo, la erosión que esto implica al centro corresponde con su proyecto de conservación, añadió. El interés de los empresarios es de mera explotación, sin mayor compromiso, pues el centro les representa una mina de oro, apuntó.

Luis Felipe Sigüenza, presidente del consejo consultivo del Colegio de Profesionales de Turismo, dijo que cualquier esfuerzo por mejorar el transporte debe ser bien recibido por todos.

Las nuevas tecnologías tienen un alto costo, pues dibujan una alternativa de transporte ecológico, útil, cómodo, eficiente y seguro, indicó.

Lo que sería un error es anteponer el interés turístico al social; la implementación del tranvía no debe contemplarse como un financiamiento turístico, pues su probable aprovechamiento turístico es consecuencia y no fin. El tema central es mejorar la movilidad colectiva en el Centro Histórico, por lo que el precio del pasaje debe ser accesible y no debe permitirse el uso de los recursos públicos para un transporte de elite que termine, en el mejor de los casos, en una alternativa bonita para movilizar turistas.