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También otorga reconocimiento a 32 catedráticos con más de 50 años de servicio

Nombra la UNAM a cinco profesores y cuatro investigadores eméritos

Ningún país se ha ido a la bancarrota por invertir en educación, afirma Jaime Martuscelli

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Adolfo Gilly (derecha), uno de los galardonados; al fondo, el rector José Narro RoblesFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Sábado 15 de mayo de 2010, p. 34

En una ceremonia encabezada por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, destacados catedráticos de la máxima casa de estudios recibieron las insignias de maestro e investigador emérito por su reconocida trayectoria en docencia, investigación y divulgación de la cultura.

Considerada como una de las más altas distinciones que otorga la UNAM a su cuerpo académico fueron reconocidos, por acuerdo del Consejo Universitario, como profesores eméritos: Adolfo Gilly y Edmundo Hernández Vela Salgado, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; Carlos Salvador Galina y Luis Ocampo Camberos, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia; y Eugenia Meyer Walerstein Derechín, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL).

Como investigadores eméritos fueron distinguidos Ángel Díaz Barriga Casales, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación; Roberto Escudero Derat, del Instituto de Investigaciones en Materiales; Jaime Martuscelli Quintana, del Instituto de Investigaciones Biomédicas; así como Shri Krishna Singh Singh, del Instituto de Geofísica.

En el acto, al que acudieron destacados integrantes de la comunidad académica, así como directores de centros de investigación, también se otorgó un reconocimiento a 32 maestros con más de 50 años de servicio docente en las aulas universitarias, entre ellos al poeta Rubén Bonifaz Nuño, y a Silvia Torres, astrónoma y premio Nacional de Ciencias.

En su mensaje, en nombre de los profesores galardonados, la historiadora Eugenia Meyer, de la FFL, reconoció la importante función que cumple la UNAM en la historia del país, pero subrayó que también se enfrentan nuevos retos como la formación de miles de jóvenes que no encuentran los espacios socioeconómicos que estamos obligados a ofrecerles.

Señaló que aun frente a las restricciones en el acceso a las aulas universitarias, quienes logran graduarse encuentran cada vez más difícil ejercer su profesión de manera libre y productiva, ante las cortapisas del mercado de trabajo que propicia que nuestros egresados con frecuencia ejerzan actividades que están muy por debajo de sus expectativas y capacidades.

En un contexto de inseguridad, afirmó, que nos amenaza a todos y nos pone al borde de la desesperación, tenemos que reconocer que como profesores e investigadores no tenemos claro qué futuro ofrecer, menos aún promover entre las nuevas generaciones. Por ello, llamó a seguir en la universidad en función del México de hoy, de lo que queremos, fortaleciendo el sentido de identidad de los universitarios con el reforzamiento de la calidad académica y el compromiso social.

En su mensaje, Jaime Martuscelli, investigador emérito, destacó la importancia de la investigación científica y tecnológica en la consolidación de las universidades, y enfatizó la necesidad de invertir en la generación de nuevo conocimiento, pues afirmó que hasta ahora no se conoce ninguna nación que haya ido a la bancarrota por invertir en educación.

Agregó que en México el apoyo a este sector fundamental para el desarrollo del país va en contrasentido, pues se destina lo mismo que hace 15 años en materia presupuestal para el campo científico y tecnológico. A lo que se suma que no contamos con una política de Estado en la materia, y los proyectos presupuestales no superan el horizonte de un año.