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Histórico giro en el panorama político de GB; tenemos una alianza progresista, dice el premier

Otorga Cameron cinco puestos a los liberales demócratas en su gabinete

Habrá roces pero existe un fin común: Clegg

Sólo cuatro mujeres en la nueva administración

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El primer ministro británico, David Cameron (a la derecha), y el viceprimer ministro Nick Clegg, llegan a su primera conferencia de prensa celebrada ayer en el jardín de los rosales del 10 de Downing Street, en LondresFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 13 de mayo de 2010, p. 23

Londres, 12 de mayo. David Cameron y Nick Clegg prometieron este miércoles una nueva política que transformará el panorama británico al lanzar su nuevo gobierno de coalición.

El nuevo primer ministro y viceprimer ministro informaron sobre sus prospectos políticos para un Parlamento que durará cinco años y prometieron sepultar las pasadas diferencias entre el Partido Conservador y el Partido Liberal Demócrata, de manera que se pueda crear un realineación permanente en la política británica.

Al tiempo que quedaron en ruinas las esperanzas de los partidarios del ex premier Tony Blair de una alianza progresista Lib-Lab, Cameron afirmó que algunos tories ven esta alianza con los liberales demócratas como un paso crucial en su cruzada para modernizar el Partido Conservador.

Sus más cercanos aliados creen que el fracaso de los tories al no poder ganar la mayoría en las elecciones generales de la semana pasada demuestra que la formación aún no se ha desintoxicado de sus vicios partidarios y esperan que una coalición inesperada con el tercer partido centrista le permita al nuevo premier concretar el proyecto reformista.

Pero estas visiones enfurecen a los tories tradicionalistas que culpan al entorno de Cameron de haber llevado a cabo una campaña que, afirman, fue tan mediocre que fracasó en su intento de obtener el voto conservador.

Aunque algunos diputados conservadores tienen sus dudas sobre la coalición, los aliados de Cameron cren que el acuerdo de que el Parlamento funcione durante un periodo inamovible de cinco años garantizará que la coalición dure. Otra medida de seguridad es incrementar a 55 por ciento el voto de desconfianza que permitirá la disolución del Parlamento, lo cual dificulta por igual a ambos miembros de la coalición retirar su apoyo al gobierno y llamar a nuevas elecciones.

En privado, conservadores de la cúpula partidista creen que obtendrán grandes avances en las próximas elecciones, pues será difícil que los liberales demócratas critiquen la coalición gobernante a la que ahora pertenecen.

Pero en el Partido Liberal Demócrata están jubilosos por su sorpresivo regreso al gabinete después de haber pasado 70 años de existir en estado salvaje. Han festejado el nombramiento de Clegg como viceprimer ministro a cargo del programa de largo alcance de reformas políticas que incluye cambiar el sistema electoral para elegir tanto la Cámara de los Comunes como la Cámara de los Lores.

Los liberales demócratas celebran también la victoria que implica que en su primer día la coalición publicó su programa de gobierno y han ensalzado al equipo que negoció con los tories, luego de que el jueves pasado las conversaciones entre ambas formaciones quedaron en punto muerto.

Matthew Oakeshot, otro liberal demócrata se expresó así: “Ya ven por qué Chris Huhne y David Laws fueron polvo de oro en las pláticas. Gracias a Dios nunca he tenido que negociar contra ellos. ¡Se comieron vivos a los tories!”

El primer gobierno británico de coalición desde la Segunda Guerra Mundial impresionó desde el primer momento, cuando Cameron y Clegg dieron una conferencia de prensa conjunta en el jardín de los rosales en el 10 de la calle Downing Street.

El nuevo primer ministro dijo: Esto puede ser un histórico y sísmico giro en nuestro panorama político. Queremos demostrar que se puede formar un gobierno con una alianza nueva y progresista. Añadió: será una administración unida con un propósito clave: dar al país el liderazgo fuerte, estable y decidido que necesita. Tenemos una agenda y una misión comunes: vencer los retos que enfrenta Gran Bretaña.

Clegg admitió que habrá tropiezos y roces debido a que se trata de dos partidos con ideas muy distintas, pero insistió: Este es un gobierno que durará pese a esas diferencias, pues nos une el propósito común de cumplir con nuestro trabajo los próximos cinco años. Añadió: Hasta hoy, fuimos rivales, ahora somos colegas. Eso dice mucho de la escala en la nueva política que empieza a desarrollarse.

Cameron dio cinco puestos en el gabinete a los liberales demócratas y aceptó, además de Clegg como viceprimer ministro, a David Laws como secretario del Tesoro; a Vince Cable como secretario de Negocios; a Chris Huhne como secretario de Energía y Cambio Climático, y a Danny Alexander como secretario para Escocia.

Theresa May será secretaria de Interior, y es la segunda mujer en obtener dicho puesto después de la laborista, Jacqui Smith. Observadores señalaron que el sorpresivo nombramiento se debe sobre todo a críticas de que el nuevo gobierno está formado por hombres de traje. Sólo hay cuatro mujeres en el gabinete de 23 puestos. Las otras son Caroline Spelman, como secretaria de Medio Ambiente; Sayeeda Hussein Warsi, como presidenta del Partido Conservador, y Cheryl Gillian, nueva secretaria para Gales.

El nuevo gabinete implica el regreso a la primera fila de Iain Duncan Smith, el ex líder del Partido Conservador, quien obtuvo el puesto de secretario de Trabajo y Pensiones en una estrategia diseñada para tranquilizar al ala más derechista del partido y un claro signo de que el gobierno buscará una reforma radical de la ayuda al desempleo. El ex canciller, Kenneth Clarke, fue nombrado secretario de Justicia.

Pese a este armónico comienzo, los problemas que con seguridad emergerán en esta coalición quedaron resaltados poco después de que se nombró la totalidad del gabinete. Fuentes del Partido Liberal Demócrata afirmaron que sólo Clegg podrá destituir a los ministros de su partido que están en el gobierno. Fuentes conservadoras desmintieron la versión e insistieron en que Cameron tiene poder de veto sobre cualquier otro miembro de su administración.

El Consejo de Seguridad Nacional se reunió la noche de este miércoles por primera vez para discutir el conflicto de Afganistán y las medidas contra el terrorismo en Gran Bretaña. La mañana del jueves el gabinete en pleno se reunirá por primera vez.

Cameron aún no se ha mudado al número 10 de la calle Downing, pues Gordon Brown, conforme a la tradición, tiene dos días de gracia para mudarse. La familia Cameron vivirá en Downing Street, pero George Osborne, el nuevo canciller, probablemente no lo hará pues no hay suficiente espacio en los dos departamentos de los números 10 y 11 para que vivan dos familias con niños.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca