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Denuncian daños de megaobras
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de mayo de 2010, p. 17

Sólo con la organización y el poder de los pueblos se pueden parar las presas y otras obras grandes que destruyen costumbres, desintegran poblaciones y eliminan alternativas de vida en las zonas rurales, afirmaron integrantes de organizaciones de Jalisco, Guerrero y Oaxaca presentes en el foro El movimiento mexicano de afectados por embalses, organizado por Casa Lamm y La Jornada.

Al presentar los casos de las presas La Parota, Guerrero; El Zapotillo y El Arcediano, Jalisco, y Paso de la Reina, Oaxaca, sostuvieron que defienden su derecho al agua y a la libre determinación sobre sus tierras.

Juan Gómez, del Consejo de pueblos unidos por la defensa del río Verde, una de las cuencas más extensas de Oaxaca, dijo que si la Comisión Federal (CFE) de Electricidad lleva a cabo la construcción de la hidroeléctrica se afectarán 40 comunidades de la costa y 114 mil indígenas chinantecos y mixtecos.

Sin haber acabado los estudios y menos informado a los afectados, la CFE continúa con el proyecto y su personal realiza trabajos por las noches. Nos dicen que debemos salir del subdesarrollo y que México necesita electricidad, abundó ante los asistentes.

El caso de la presa El Zapotillo, que se hará para abastecer con el caudal del río Verde a las ciudades de León y Guadalajara, así como los Altos de Jalisco, con una operatividad útil de apenas 25 años, provocará la destrucción de las comunidades de Temacapulín, Palmarejo y Acasico, explicó Manuel de Jesús Carvajal Jiménez, presidente del Comité Salvemos a Temacapulín.

Hemos realizado marchas y plantones, acudido con los diputados y senadores para denunciar las múltiples irregularidades y la respuesta es que nada detendrá la obra. La resistencia ha sido pacífica y legal pero las autoridades han criminalizado a quienes participan en el movimiento.

La pregunta por qué construir una presa para almacenar agua del río Santiago, cuyo caudal ha sido contaminado por níquel, arsénico, mercurio, cromo y plomo, entre otros desechos arrojados durante años por mil 500 industrias, se multiplica entre el público al escuchar la narración de María Guadalupe Lara.

La intensa lucha de las comunidades contra la presa La Parota, el historial de los juicios ganados por la población y el autoritarismo de la CFE y del gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, fue expuesta por Felipe Flores, uno de los integrantes del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la construcción del embalse.