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La comparecencia, en el mismo penal en que también estuvo recluido Pérez Esquivel

Relata canciller argentino en tribunal oral que juzga a 11 agentes torturas infligidas en prisión
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de mayo de 2010, p. 26

Buenos Aires, 11 de mayo. Con visible emoción el canciller argentino Jorge Taiana rememoró hoy los tiempos en que estuvo detenido en la unidad número 9 de la cárcel de La Plata, provincia de Buenos Aires, donde un tribunal oral juzga a 11 agentes del Servicio Penitenciario y a tres médicos responsables de delitos de lesa humanidad cometidos allí durante la pasada dictadura militar (1976-1983), y sostuvo que los sobrevivientes tenemos la obligación de contribuir al esclarecimiento de la verdad.

El jefe de la diplomacia argentina estuvo poco más de dos años detenido en la unidad 9, desde octubre de 1976 hasta que fue trasladado al penal de Sierra Chica, en el sur del país, otro terrible lugar por donde pasaron varios de los hoy sobrevivientes.

En la unidad 9 todos fueron víctimas de torturas, golpes y amenazas, y desde allí trasladaron a varios prisioneros que fueron ejecutados extrajudicialmente, y otros son desaparecidos.

En esa unidad también estuvo detenido Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, que incluso fue sacado y llevado luego en avión como si fueran a arrojarlo al Río de la Plata, en uno de los episodios de terror aplicados a los prisioneros políticos.

El ministro argentino se declaró emocionado pero satisfecho por haber contado ante la justicia todo lo que sucedió, como una obligación de recordar la memoria de todos nuestros mártires.

Reconoció que todavía vive el gran dolor de no tener a los amigos y compañeros que fueron asesinados o desaparecidos.

Uno de los hechos que más recuerdan los sobrevivientes de aquel grupo es una requisa realizada por los ex agentes, cuando estaba en la celda siete, y precisó que ocurrió el 13 de diciembre de 1976. Se había reforzado la guardia exterior. En un momento irrumpió en el pabellón un grupo de gente. Nos hicieron salir con la cabeza gacha y las manos atrás, a los gritos y a los golpes.

Prosiguió recordando que los llevaron al salón de actos de la cárcel, donde fueron desnudados. Fue una requisa muy violenta, donde hubo golpes, y se ensañaron con los detenidos, después de lo cual los distribuyeron en distintos lugares del penal.

“Yo fui al pabellón número uno, que poco después se conoció como ‘pabellón de la muerte’ porque de ahí sacaban gente que luego era ejecutada extrajudicialmente. Eramos 14 personas, mataron a cuatro”, declaró Taiana.

Dio los nombres de varios de los imputados y de los que se comportaron con mayor violencia y saña con los presos.

También el actual canciller fue llevado a celdas de castigo donde en las duchas se les sometía a golpes y humillaciones. Aprovechaban esos momentos para golpearnos y tratar de humillarnos y someternos, dijo, y también denunció a los médicos que concurrían al lugar y jamás hicieron algo para ayudarlos.

Incluso recordó que estuvo en la prisión un vicario castrense, quien no les permitió contar lo que estaban sufriendo en ese lugar. Ya sé, no me diga nada. No se preocupe y confíe en Dios, les contestó el religioso.

Durante dos horas, Taiana describió los horrores vividos y consideró que además en el lugar se hacía inteligencia para seleccionar a los compañeros que tenían mayor responsabilidad política en la organizaciones opositoras a la dictadura, los que fueron ejecutados.

Desde hace años Taiana viene denunciando aquellos hechos y el tema de derechos humanos ha sido muy importante en su formación y en su trabajo diplomático, que lo llevó a conocer tragedias similares en otros países de la región.

Emocionados familiares de las víctimas, y madres y abuelas de Plaza de Mayo, estuvieron allí junto a otros integrantes de organizaciones humanitarias, que lo aplaudieron largamente.

El juicio lo lleva adelante el Tribunal Uno de La Plata, el mismo que condenó anteriormente al ex comisario Miguel Etchecolatz y al sacerdote Christian von Wernich por crímenes de lesa humanidad.