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La excesiva exposición al ruido daña las células capilares del oído interno, señalan

iPods y reproductores MP3, factores causantes de sordera

Insertar audífonos en el canal auditivo intensifica el volumen, que llega a alcanzar 120 decibeles, equivalentes al ruido del motor de un jet, según especialista de la Universidad Yale

The Independent
Periódico La Jornada
Martes 11 de mayo de 2010, p. 2

En el pasado, los que perdían el oído eran los soldados que usaban armas de fuego y los obreros de fábricas ruidosas. Ahora son los jóvenes que escuchan música a todo volumen en sus reproductores de bolsillo.

Una generación de niños y adultos jóvenes están en riesgo de quedarse sordos al llegar a la edad mediana o poco más por escuchar sus iPods y reproductores MP3 a alto volumen durante varias horas al día, advierte un especialista.

Insertar audífonos en el canal auditivo intensifica el volumen, que llega a alcanzar 120 decibeles, equivalentes al ruido del motor de un jet, según el profesor Peter Rabinowitz, del programa de medicina ocupacional y ambiental de la Universidad Yale.

La sordera, incluida la pérdida auditiva leve o moderada, es una de las condiciones crónicas médicas más comunes en las personas mayores, y la causa más frecuente es la excesiva exposición al ruido durante periodos largos, la cual daña las células capilares del oído interno. El Real Instituto Nacional para los Sordos, de Gran Bretaña, señaló que dos terceras partes de los usuarios de reproductores de MP3 escuchan la música a volúmenes mayores de 85 decibeles.

Varios pequeños estudios han encontrado un vínculo entre el uso de reproductores y una audición deficiente en jóvenes. Pero la evidencia de si los jóvenes en su conjunto están perdiendo la audición más aprisa que generaciones anteriores es mezclada, probablemente porque el uso de reproductores sólo se ha vuelto ubicuo en fechas recientes.

En un artículo en el British Medical Journal, el profesor Rabinowitz señaló que el uso de reproductores personales de música ha crecido más rápido que nuestra capacidad de evaluar sus potenciales consecuencias dañinas. Según encuestas, más de 90 por ciento de los jóvenes escuchan esos aparatos, a menudo durante varias horas al día y al máximo volumen.

El daño al oído no es el único riesgo. Algunos estudios han mostrado que escuchar un iPod o MP3 durante el manejo puede interferir en la concentración del mismo modo que usar un teléfono móvil.

Al hacer un llamado a realizar más investigaciones sobre la audición en los jóvenes, el profesor Rabinowitz señaló que, dadas la extensión y seriedad de los efectos dañinos potenciales de estos aparatos, es razonable, pese a la falta de evidencia suficiente, animar a los pacientes a protegerse.

“Los médicos deben recomendar a los usuarios que eviten escuchar los reproductores personales de música a volumen máximo. Y en lo relativo a otros riesgos de seguridad, sería prudente recomendarles quitarse los audífonos al manejar o realizar otras tareas delicadas.

Conforme los médicos se van dando cuenta de cómo los dispositivos electrónicos que tanto placer causan pueden también producir daño, los reproductores personales de música ofrecen un recordatorio de que nuestro apetito por nuevas tecnologías debe ir acompañado de esfuerzos igualmente vigorosos por entender y manejar las consecuencias que los estilos cambiantes de vida tienen sobre la salud, escribió.

Emma Harrison, del Real Instituto Nacional para los Sordos, comentó: Peter Rabinowitz tiene razón en despertar inquietud sobre la pérdida auditiva ocasionada por reproductores personales de música. Nuestra investigación muestra que 66 por ciento de los usuarios escuchan a un volumen mayor de 85 decibeles, que según la Organización Mundial de la Salud puede causar daño a la larga.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya