Opinión
Ver día anteriorLunes 26 de abril de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el Otro Lado

Legalizar la discriminación

E

s difícil creer que la legislatura de Arizona ignorara el fiasco de la propuesta 187 que en California pretendía negar servicios educativos y de salud a los indocumentados y que fue inhabilitada por inconstitucional. Mucho menos se puede creer que la gobernadora ignore lo ocurrido a Pete Wilson, gobernador de California, promotor de la propuesta, que en las elecciones perdió la relección y su partido, el Republicano, la mayoría en el Congreso del Estado, como resultado del voto en contra de la comunidad latina. ¿Por qué se insiste en promover una ley que será apelada en la Corte por su inconstitucionalidad? Seguramente sufrirá la misma suerte que la propuesta de ley 187, porque sólo el gobierno federal puede instrumentar la política migratoria.

La ley implica cierta discrecionalidad para que la policía detenga a cualquier persona por el solo hecho de parecer indocumentado, para averiguar su calidad migratoria. Tomando en consideración que en más de un condado la policía de Arizona se ha excedido en su trato discriminatorio y violento con personas cuyo perfil étnico es diferente al caucásico, es previsible que, amparados por una ley, las violaciones a los derechos humanos se multiplicarán.

La única explicación que se deriva de haber aprobado la ley 1070 es la inmediatez política. La gobernadora enfrenta una difícil relección en un estado fronterizo cuyos habitantes ven con preocupación la inmigración ilegal y la violencia derivada del narcotráfico. John McCain, representante de Arizona en el Senado, no tiene fácil la relección por lo que ahora dice que antes de una reforma migratoria integral es necesario asegurar la frontera. Uno y otra saben que en tiempos de crisis económica el electorado busca chivos expiatorios, y los indocumentados son los primeros sospechosos. Ambos decidieron jugar una carta al apoyar una legislación ilegal, cuya secuela inmediata implicará la violación de los derechos humanos. Después de todo, el garlito puede resultar contraproducente a la gobernadora, a McCain y al resto de su partido en todo el país. La comunidad latina usará las urnas para protestar la absurda ley.

Lo ocurrido en Arizona lleva a primer plano el asunto de la inmigración y la urgente reforma a su marco regulatorio. Si el Partido Republicano insiste en poner trabas para discutirla y aprobarla estará apostando contra la historia.

Para Pepe Woldenberg y los suyos un abrazo fraternal en estos momentos difíciles