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El portero del Guadalajara salvó a su equipo en los minutos finales de gran agobio

Compromete Cruz Azul su pase a la liguilla; Liborio, la figura

Meza reclama a sus pupilos que no se esfuercen los 90 minutos

Un expulsado por equipo

Foto
Emanuel Villa (centro) anotó el gol de los CementerosFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de abril de 2010, p. a17

Ante un Guadalajara juvenil, con 21 años de edad en promedio y medio plantel sin experiencia en la primera división, Cruz Azul dejó pasar el tren, como si no tuviera prisa. En la última jornada del torneo Bicentenario, el cuadro cementero empató 1-1 con el mermado Chivas y desaprovechó así la ventaja futbolística, un marcador favorable y, sobre todo, la posibilidad de clasificar a la liguilla en forma directa.

Ahora, el cuadro que al inicio de la temporada marchaba como favorito, tendrá que esperar una combinación de resultados para saber si tiene acceso a la fase final. En soleada y calurosa tarde en el colmado estadio Azul, La Máquina tuvo inicio perfecto. Desde vestidores salió con deseos de imponerse y en cuatro minutos había generado ya tres ocasiones de gol, todas comandadas por Christian Giménez. No tardó en llegar el gol, apenas al minuto cinco, cuando en un tiro de esquina, el primero del partido, Emanuel Villa cabeceó solo, sin marca, para el 1-0.

En contraste, durante los primeros minutos, el Rebaño mostró su peor cara. Se vio lento en la marca, indeciso en el ataque, casi asustado. Cruz Azul mantuvo los avances y la goleada parecía segura. Sin embargo, hacia el minuto 20, los Cementeros bajaron la velocidad y, lentamente, el Rebaño pudo recuperar el balón para construir sus primeras jugadas.

Al minuto 30 comenzaron los verdaderos problemas para los Cementeros en una situación impensable: el experimentado Israel López le dio un codazo en la cara al Tepa Solís, a pocos metros del árbitro Armando Archundia, quien no dudó en sacarle la roja directa.

La Máquina quedó con 10 jugadores y una estrecha ventaja ante un rival que era inferior futbolísticamente, pero que prometía entrega absoluta y poco a poco recomponía sus líneas, aunque con ataques aún timoratos.

Cruz Azul se fue al entretiempo sufriendo de más y sin lograr reacomodarse tras le expulsión, pero apenas iniciado el complemento, a los 30 segundos, Mario Luna vio su segunda amarilla por una entrada por detrás sobre Tito Villa y se fue a las regaderas.

Entonces los azules mantenían el acecho constante sobre la portería de Liborio Sánchez, pero bajaron el ritmo, mientras Chivas se creció y tuvo la primera llegada clara al minuto 47, en un remate que Ricardo Vázquez no pudo definir.

José Luis Real dispuso sus tres cambios de una sola vez con los ingresos de Ulises Dávila, Christian Pérez y Omar Bravo, este último ovacionado. Meza respondió con la entrada de Alejandro Vela y Héctor Gutiérrez. Mientras las porras se enfrascaron en un duelo de voces, tambores y chiflidos, el Guadalajara se acomodó mejor y, al minuto 78, en un tiro de esquina cobrado por Tepa Solís, la confusión reinó dentro del área chica y el brasileño Edcarlos Conceiçao cabeceó en lugar de despejar. El autogol dio el empate 1-1 y permitió que Guadalajara se afianzara, con mejor contacto de balón y destacadas atajadas de su portero Livorio Sánchez.

Tarde despertó Cruz Azul y quiso recuperar el tiempo perdido cuando quedaban sólo 10 minutos, que fueron dramáticos, porque los Cementeros necesitaban un gol para llegar a la liguilla y el Rebaño resucitó tras lograr su primer tanto en cuatro fechas. Meza sacó entonces a Giménez, quien era el orquestador de la delantera, para ingresar a Maximiliano Biancucchi.

Los azules llegaron, pero siempre faltó el toque final. Al minuto 89, Livorio, a una mano, volvió a salvar su meta; un minuto después, Jesús Corona frustró mano a mano con Bravo e instantes después el balón, empujado por Biancucchi, botó junto a la línea de meta del Guadalajara, pero no entró.

Meza fue severo con sus jugadores. Es increíble que al minuto 90 corran más que al 20, y remató: se van guardando energías, no sé para cuándo.

Real celebró con mesura. Tuvimos chispazos de buen futbol, sin que sea un partido redondo, por lo cual se fue contento, más no satisfecho.