En la primera fase del programa de rescate Salvemos al río Magdalena, en la comunidad de San Nicolás Totolapan se privilegió la compra de vehículos, que es el gasto más oneroso detallado en el reporte del convenio firmado por la Secretaría del Medio Ambiente y el ejido: la cantidad asciende a 850 mil pesos.

Fueron tres vehículos adquiridos por la representación ejidal, informaron integrantes de la comunidad, entre los cuales está una camioneta Hummer con valor de 400 mil pesos. La unidad es de uso personal de Hipólito Nava, presidente del núcleo agrario, afirman colonos.

La camioneta, señalaron los ejidatarios, ni siquiera entra en los terrenos de San Nicolás. Las brechas son reducidas y el camino es sinuoso. Los testimonios de los ejidatarios coinciden con el calendario de ministraciones de San Nicolás Totolapan, donde se informó que se adquirieron tres vehículos: uno para prevención y combate de incendios, con valor de 250 mil pesos, y dos para la vigilancia comunitaria: uno de 200 mil pesos, y el segundo es la Hummer.

Gerardo Camacho Molina, ejidatario y defensor del medio ambiente en San Nicolás Totolapan, lamentó que los recursos no hayan sido destinados al rescate de los ríos Magdalena y Eslava, por el contrario, manifestó que hay duplicidad de programas sólo para justificar el gasto de 12 millones de pesos que fueron destinados a la comunidad.

Aspecto del río Magdalena en la zona de los DinamosFoto Guillermo Sologuren

Como ejemplo mencionó el invernadero Potreritos, para el cual se otorgaron 472 mil 500 pesos. El vivero ya existía y en cada programa lo vuelven a rescatar. En la zona de conservación, añadió el ejidatario, intervienen varias dependencias locales y federales: está CORENA, Semarnat, Medio Ambiente y todas hacen los mismo proyectos con la misma gente, entonces uno no entiende dónde está el nuevo proyecto.

Al referirse al río Eslava, Camacho Molina aseguró que el principal contaminante son las descargas de aguas residuales de los asentamientos causadas por las obras de la delegación Magdalena Contreras durante la gestión de Héctor Guijosa, cuando se entubaron los drenajes.

Tierra Colorada es una colonia que nació de una invasión de tierras que con el tiempo se regularizó, pero sigue la ocupación de la zona de reserva sin que las autoridades detengan el crecimiento, siempre que haya agua habrá gente, comentó.