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La contraloría de la isla anuncia que hará 750 auditorías al azar

Silencio en Cuba sobre la muerte de un chileno, gerente de empresa investigada por corrupción
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 16 de abril de 2010, p. 20

La Habana, 15 de abril. El gobierno de Cuba mantiene silencio hasta hoy sobre la muerte de un empresario chileno que había sido interrogado sobre la situación de una compañía mixta en la isla, en medio de señales de que la corrupción de gran alcance se ha convertido en asunto de alta prioridad oficial.

El ejecutivo chileno Roberto Baudrand, de 59 años, apareció muerto en La Habana el martes pasado, sin que aún se conozcan oficialmente las circunstancias del deceso, mientras que el gobierno del presidente Sebastián Piñera informó que había pedido a Cuba una exhaustiva investigación.

El caso se volvió notorio porque Baudrand era gerente de la empresa mixta chileno-cubana Alimentos Río Zaza, una de las incontables compañías y entidades oficiales que han sido investigadas en los últimos meses, en algunos casos bajo la sospecha de prácticas de corrupción.

También se hizo relevante porque el socio chileno es Max Marambio, antiguo militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, que fue jefe de la escolta personal del presidente Salvador Allende y tras el golpe de Estado de 1973 se exilió en Cuba, donde se dedicó a los negocios.

La titular de la Contraloría General de la República, Gladys Bejerano, anunció que a partir del próximo lunes ese órgano de inspección realizará 750 auditorías al azar.

La Contraloría fue creada el año pasado con una jerarquía por encima del gabinete de gobierno, sólo subordinada al Parlamento y al Consejo de Estado, del cual Bejerano es vicepresidenta. Tiene autoridad para inspeccionar ministerios, empresas, organizaciones políticas y sociales y los bienes patrimoniales de la nación.

En un artículo en el sitio web de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el investigador de la Universidad de La Habana Esteban Morales escribió que la corrupción es más peligrosa que la llamada disidencia interna.

“Se va haciendo evidente de que hay gente en posiciones de gobierno y estatal, que se están apalancando financieramente, para cuando ‘la revolución se caiga’, y otros, que pueden tener casi todo preparado para producir el traspaso de los bienes estatales a manos privadas, como tuvo lugar en la antigua URSS”, escribió Morales.

La oposición aún se encuentra aislada: carece de programa alternativo, no tiene líderes reales, no tiene masa, añadió Morales, especialista en Estados Unidos. “Pero la corrupción resulta ser la verdadera contrarrevolución, la que más daño puede hacer, porque resulta estar dentro del gobierno y del aparato estatal, que son los que realmente manejan los recursos del país (…), cuenta con líderes ocultos, ofrece alternativas a las del Estado y cuenta con una masa que la practica”.

Una cadena de auditorías entre febrero y marzo pasados culminó con la destitución del presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), el general de división Rogelio Acevedo. El ahora ex funcionario no ha sido acusado de ningún cargo, pero versiones extraoficiales indican que varios ejecutivos de la aerolínea de bandera Cubana de Aviación y de la agencia de viajes Sol y Son están detenidos.

Morales pidió en su artículo una explicación pública para reivindicar o condenar a Acevedo.

También en marzo el gobierno canceló la importación de autos modernos, que había permitido desde el año pasado, para remplazar unidades viejas por modelos de consumo de energía más eficiente. El aviso oficial atribuyó la decisión a irregularidades, lo que fuentes enteradas tradujeron como sobornos para facilitar los trámites, en una práctica que, según esas versiones, llegó al extremo de introducir en la isla algunos vehículos robados.