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La nueva doctrina de Washington plantea amenaza de ataque atómico a la república islámica, acusa

Irán denuncia ante la ONU un chantaje nuclear de EU

Irritación de Obama con Lula porque el gobernante brasileño insiste en dialogar con Teherán

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El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Miguel Jorge, entrega al presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, un mensaje del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, durante un encuentro en TeheránFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de abril de 2010, p. 20

Teherán, 14 de abril. El gobierno iraní presentó una denuncia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) contra el presidente estadunidense Barack Obama por chantaje nuclear contra Irán, al considerar que la nueva doctrina de Washington prevé expresamente el empleo de armas atómicas contra países que no poseen tal arsenal, anunció hoy la agencia estatal Irna.

El 6 de abril, Obama excluyó a Irán y Corea del Norte de la nueva doctrina nuclear en la cual Estados Unidos se compromete a no utilizar el arma atómica contra un adversario que no la posee y que respete las reglas del Tratado de no Proliferación Nuclear (TNP). Más aún, el jefe del Pentágono, Robert Gates, advirtió entonces que todas las posibilidades están abiertas frente a esas dos naciones, que fueron incluidas por el anterior presidente estadunidense, el republicano George W. Bush en un denominado eje del mal.

En una misiva entregada a la ONU, la república islámica se interroga sobre las intenciones de Washington y habla de amenazas de ataque nuclear contra Irán.

La verdadera amenaza a la paz mundial

En el documento transmitido el martes por el representante iraní Mohammad Jazai al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a los presidentes de la Asamblea General, Ali Treki, y del Consejo de Seguridad, Yukio Takasu, Irán asienta que los miembros de la ONU no deben tolerar o ignorar tal chantaje nuclear en el siglo XXI.

Estados Unidos, de manera ilegítima, identificó a un país no nuclear como blanco de sus armas atómicas y prepara planes militares sobre esta base, agrega la carta del gobierno iraní. Esto es una verdadera amenaza contra la paz y la seguridad internacionales y atenta contra el TNP, del cual Irán es miembro, señala el texto.

La doctrina y las posteriores declaraciones de los dirigentes estadunidenses no sólo expresan una intención, sino que además forman parte de documentos oficiales que expresan la política estadunidense de recurrir al arma atómica contra un país miembro del TNP, agrega la carta. Se trata, dice, de una doctrina para ser el primero en utilizar a discreción sus armas nucleares.

El embajador Jazai señaló que tales afirmaciones agitadoras equivalen a un chantaje contra un país que que no tiene armas nucleares. Además, señaló que Estados Unidos ha lanzado acusaciones carentes de fundamentos contra el programa nuclear pacífico de su país. El verdadero peligro para la paz mundial, dijo, lo constituye la nueva estrategia nuclear de Washington.

Irán reafirma su compromiso de crear un mundo sin arsenales nucleares. Asimismo, cita la carta que los miembros de la ONU deben adoptar medidas firmes como destruir el conjunto de armas nucleares, pues es la única garantía contra la amenaza de utilizarlas.

Estados Unidos es la única potencia nuclear que ha utilizado en la historia ese tipo de armas sobre ciudadanos, como ocurrió en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, recuerda el texto.

Irán anunció, en este contexto, que logró producir 5 kilos de uranio enriquecido a 20 por ciento, dos meses después del inicio de la fabricación de ese combustible destinado a un reactor nuclear de investigación científica en Teherán.

Fuentes del Pentágono afirmaron que Irán podría producir suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar una bomba atómica sencilla en un año, pero probablemente necesite de tres a cinco más para completar un arma que pueda ser usada.

En Washington, donde el martes culminó la Cumbre de Seguridad Nuclear convocada por Obama, el mandatario estadunidense, premio Nobel de la Paz, no pudo ocultar su irritación con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, quien insistió en un diálogo con Irán en vez de aplicarle sanciones, lo que hizo deslucir su agenda de unanimidad internacional contra Teherán.

Además, Lula y el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan sostuvieron un breve encuentro con Obama en el que le presentaron una propuesta de mediación para una solución negociada. El plan, dijo el canciller brasileño Celso Amorim, es que Irán envíe parte de su uranio levemente enriquecido a Turquía y que ese país lo intercambie por combustible nuclear que recibiría de los países occidentales.

Amorim dijo que no se logró un compromiso firme, pero que Obama tampoco se mostró categórico en su rechazo. Pero observadores destacaron que la molestia del presidente estadunidense quedó de manifiesto en su discurso final al mencionar logros de otros países latinoamericanos como Argentina, Chile y México, y saltarse a Brasil.

Mientras el Departamento de Estado insistió en que es el momento de aprobar sanciones contra Irán con sentido de urgencia por sus continuo desafío a las demandas internacionales de que clarifique sus actividades nucleares, las potencias en el Consejo de Seguridad de la ONU seguían discutiendo en Nueva York sobre la probable adopción de sanciones severas.

El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, William Burns, dijo que hay acuerdo para que junto con los chinos se envíe un fuerte mensaje a Irán. Sin embargo, admitió que es muy difícil que China o Rusia respalden sanciones que interrumpan el flujo de productos de petróleo refinados a Irán.

En la sede neoyorquina de la ONU se reanudaron negociaciones para acordar nuevas sanciones a Teherán por su programa nuclear.

Acabamos de tener una reunión muy constructiva, dijo el embajador chino Li Baodong.

En la cita a puertas cerradas, también participaron los embajadores de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia –miembros permanentes del Consejo de Seguridad–, más el de Alemania.

El proyecto de resolución estadunidense prevé medidas contra los Guardianes de la Revolución iraníes, la fuerza de seguridad que depende directamente del líder supremo de la república islámica.