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La experta analiza cambios de programación en su libro La televisión pública en México

El Canal Once se orienta hacia un modelo televisivo privado: Florence Toussaint

La emisora viola la ley, porque transmite anuncios comerciales y no como patrocinios, asevera

 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de abril de 2010, p. 7

Los cambios de programación que en los recientes meses ha hecho el Canal Once están acercando a esa televisora pública a un modelo privado, deplora la investigadora Florence Toussaint.

A propósito de la publicación de su libro La televisión pública en México: directorio y diagnóstico, 2007-2008 (editado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM– y Plaza y Valdés), en el cual hace un agudo análisis de la situación en la que se encuentran esos medios, la catedrática y periodista asegura en entrevista con La Jornada que la emisora que dirige Fernando Sariñana, claramente está violando la ley sin que nadie diga nada, porque transmite anuncios tal cual, no como patrocinios.

Toussaint explica que cuando Alejandra Lajous fue directora del Once, creó una suerte de fideicomiso para ceder recursos que se obtenían mediante la figura de patrocinios. Al final de las emisiones aparecía la leyenda este programa contó con el patrocinio de...

De esta manera, agrega, no se violaba la ley, la cual dice claramente que quienes tienen permisos como el del Canal Once, que es una emisora pública, no pueden vender su tiempo aire, y lo están haciendo. Quizá tengan algún subterfugio legal y lo estén manejando como intercambio o patrocinio, no lo sé. Pero lo que se ve en pantalla es el anuncio y eso contraviene el espíritu de la Ley Federal de Radio y Televisión.

La Jornada buscó al director de Canal Once, para conocer su opinión respecto de las afirmaciones de la investigadora, pero Sariñana nunca respondió la llamada por encontrarse con mucho trabajo, señalaron sus asistentes.

Contenidos banales

En su plática con este diario, Florence Toussaint apuntó también que los contenidos de Canal Once “están banalizándose, volviéndose claramente comerciales o mercantilizados, superficiales.

“Una de sus series me parece lamentable, la que se anuncia con el eslogan ‘te vendes o te rentas’. No hay que olvidar que se trata de un canal del Estado, de un canal federal.”

Respecto de Canal 22, si bien la catedrática de la UNAM reconoce que ha mantenido un poco más el equlibrio y tiene muy buenos programas propios, “con tal de aumentar su audiencia incluye algunos comprados que en una televisora pública no tiene mucho caso difundir, porque éstos también se transmiten en la televisión privada, como los mangas japoneses o algunos que pasan por Discovery Channel.

“Ese espacio en la televisión pública debería darse a los muchos productores que hay en México, inclusive a los estudiantes del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM o a los de Centro de Capacitación Cinematográfica, que tienen material valioso.

Hay que reconocer que Canal 22 sí tiene algunas series buenas, sin embargo, aunque no violan la ley, porque son una concesión y se aprovechan de eso para meter muchos anuncios, su pantalla tiene una apariencia que no respeta el perfil de una televisora pública.

En el país existen 31 televisoras públicas, las cuales reciben presupuestos ínfimos comparados con lo que gastan tanto los gobiernos de los estados como el federal en anuncios en la televisión privada.

No obstante, la investigadora señala que al hacer un análisis de las cartas programáticas de esas emisoras, “se percibe que su problema no es sólo financiero, sino de orientación y de objetivos. Hay televisoras que con muy poco dinero producen hasta 70 por ciento de su programación al aire, mientras que otras que tienen mucho mayor presupuesto producen menos.

“Parece ser que el presupuesto entonces se va a la nómina y a la compra de series y películas en busca de rating, en lugar de ser una opción para productores y para el público.”

El Once y el 22, las televisoras públicas con más proyección nacional, tienen ese problema; la primera tiene alrededor de 48 por ciento de producción propia, el resto es adquirido, y el 22 anda en 30 por ciento, igual que TvUNAM. Es lamentable, pues deberían estar apoyándose en producciones bien hechas, de calidad y no costosas, de productores nacionales e independientes.

AL, ausente en la televisión pública

Florence Toussaint detalló que en los estados, las televisoras públicas son usadas como órganos de difusión de los mandatarios en turno, lo que demerita el desempeño de esos medios.

Además, “es muy notorio que América Latina no está en la televisión mexicana . Está Europa y, obviamente, Hollywood. Es increíble que aquí no podamos ver Telesur, que es un proyecto latinoamericano, sólo el canal público de Michoacán baja la señal, la cual es gratuita. Pero no vemos ningún programa de otras televisoras de América Latina en nuestra televisión pública.

En Venezuela y Brasil, a partir de la llegada de los presidentes Chávez y Lula , respectivamente, han aumentado mucho su producción televisiva e incluso el número de canales públicos.