El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón y los festejos por el bicentenario y centenario de la Independencia y Revolución mexicanas, fueron los condenados a morir quemados durante este Sábado de Gloria.

La crisis económica no impidió que los vecinos de la calle República de Colombia, en el centro de la ciudad, y de Tepito, en la colonia Morelos, se dieron cita en sus respectivos barrios para continuar con la tradición de la quema de judas que realizan desde hace decenas de años.

En el primer caso, una figura de cartón de más de tres metros de altura, con la imagen de Lozano Alarcón, con un hueso en la boca, tronó como chinampina, en medio de gritos de júbilo y aplausos de decenas de personas que se dieron cita para verlo arder.

La principal razón para enjuiciar y quemar al funcionario del gobierno del presidente Felipe Calderón, explicaron algunos colonos, fue la falta de empleos, lo que ha engrosado las filas del comercio informal, actividad a la que se dedican la mayoría de los habitantes de la calle República de Colombia.

Se trata de convivir con todo el barrio, rescatar las tradiciones, señaló Juan Antonio, quien agregó que desde hace 80 años, los vecinos se cooperan, vamos a botear, con los locatarios para la realización de los muñecos y la compra de cohetes, aunque admitió que la costumbre se va perdiendo, tenemos que hacer todo lo posible por conservarla.

El judas de César Nava, presidente del PAN, con nariz de Pinocho, explotó en la colonia Merced BalbuenaFoto Roberto García Ortiz

Además de Lozano Alarcón también fueron quemados tres toritos, que hicieron correr a todos los vecinos presentes, además de que otra figura, pero ahora con la imagen de uno de los líderes de los mismos vendedores ambulantes, también se le prendió fuego por Judas.

En Tepito, entre puestos de venta de discos y películas piratas, un diablo también de más de tres metros de altura, que representaba al bicentenario, aunque, aclararon los participantes, también al Presidente, la religión y los grandes empresarios.

Encabezados por el colectivo Los Olvidados, que desde hace 20 años lleva a cabo este acto, los participantes se convirtieron en un gran jurado para cuestionar la falta de seguridad y empleo, así como que el gobierno de Felipe Calderón siga las órdenes de los poderosos y del gobierno imperialista: Estados Unidos, y sus empleados: los políticos mexicanos. También criticaron el combate al narcotráfico que lleva a cabo el gobierno federal, al que calificaron como un baño de sangre para inocentes.

Por la noche, detrás del mercado de Sonora donde se encuentra su taller, la familia Linares puso a arder al jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard; a los presidentes del PAN, César Nava, y del PRI, Beatriz Paredes, y a un diablo en representación de un pederasta.