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Koldo Agarraberes y Josu Zapata realizaron mural en el Faro de Tláhuac

Dos pintores vascos unen la cultura prehispánica con la preindoeuropea

Los dioses nacen de las flores es resultado de la primera residencia artística en ese recinto

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En la imagen, Josu Zapata y Koldo Agarraberes (ángulo superiror derecho)Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 3 de abril de 2010, p. 4

Los pintores vascos Koldo Agarraberes y Josu Zapata viajaron a México para realizar el mural Los dioses nacen de las flores, con el cual buscan unir la cultura prehispánica de México y la vasca preindoeuropea.

En las instalaciones de la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) Tláhuac (avenida La Turba s/n, colonia Miguel Hidalgo), este sábado, a partir de las 12 horas, mostrarán su propuesta, en lo que es la primera residencia artística que se emprende en ese inmueble.

Aunque la idea original era conseguir apoyo económico para el proyecto, ante la imposibilidad por la razón que sea –la carga social de la obra o no responder a los criterios del mercado del arte– Agarraberes (1967) y Zapata (1981), ambos de Pamplona, decidieron financiar ellos mismos su primera visita al continente americano.

El contacto en México de los dos pintores es el artista Antonio Ortiz, Gritón, a quien conocieron el año pasado en el primer Ritual Internacional de Arte Actual, en la Zona de Ultzama, EMARI 09 (Mari es una diosa vasca y el prefijo e significa ofrenda a) en Navarra, España.

También participó el grupo mexicano Biorritmo, el cual compara a Mari con la Coatlicue, la diosa sangrante, pero pensamos que no era así, que la diosa madre era anterior y que se puede encontrar con la cultura olmeca en estas piezas chiquitas que tienen más encanto que las grandes. Entonces, con ese proyecto decidimos venir a México, ver las piezas e intentar llegar hasta el principio, porque no somos antropólogos ni historiadores. Todos empezamos desde un matriarcado que creemos no era guerrero, al que queremos volver para renovarnos en estos momentos de crisis mundial, climática y de valores, expresa Agarraberes.

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El mural de 30 metros cuadrados que los artistas vascos pintaron en el Faro de Tláhuac.Foto Cristina Rodríguez

Respecto del mural de 30 metros cuadrados, Josu Zapata apunta que de alguna manera intentamos volver a la iconografía del inicio, de donde sale, de donde se construye toda nuestra cultura.

Agarraberes agrega: Este mural es parte de un proceso de recuperación y renovación del mito de Mari. Queremos mirar hacia atrás y actualizarlo de manera pictórica, pero lo hacemos de muchos modos, pedagógicamente, a la hora de elaborar certámenes artísticos novedosos. Estamos dentro del desafío en el arte, haciendo cosas muy lanzadas.

Por ejemplo, es la primera vez que realizan un mural al alimón, el cual ha resultado un desafío, porque mientras Agarraberes tiende a la abstracción, Zapata es más bien figurativo.

Al llegar a México, lo primero que hicieron los artistas fue visitar el Museo Nacional de Antropología y luego ver obra de Siqueiros y Rivera. Algo que llamó mucho su atención fue la mujer dormida, ya que en el País Vasco representan a Mari como un monte, donde se dice que también duerme. Esa iconografía fue trasladada al mural en forma de una Frida Kahlo dormida.

Los artistas utilizaron tela blanca, pero con un motivo floral en rojo, mismo que han incorporado a sus trazos. El resultado es un trabajo muy cargado, barroco, que obedece al hecho que Rivera intenta en sus murales cargarlos de iconografía y de alguna manera crear una especie de cuentito plástico, anota Zapata.

Según Agarraberes, el mural tiene una sicodelia que nunca había visto. Una manera de mezclar los colores que ha sido una influencia de nuestro viaje aquí.