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Ana María Torres y Mariana Juárez pelearán en el DF el 17 de abril

Las pioneras del boxeo femenil otra vez protagonizarán combate

Aflora la rivalidad; no es un enfrentamiento especial, aseguró la Guerrera

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La retadora es ella, yo soy la campeona, dice TorresFoto Juan Manuel Vázquez
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de abril de 2010, p. a15

En la primera función de boxeo femenil en el Distrito Federal el público insultaba a las peleadoras. Váyanse a lavar los trastes, esto no es para mujeres, les gritaron aquella noche de julio en 1999, cuando Ana María Torres venció a Mariana Juárez en cuatro asaltos. Seis meses después volvieron a pelear y el resultado fue un empate. Dos años más tarde fueron las primeras boxeadoras en disputar un campeonato nacional en México. Ana María volvió a ganar.

Una década después, la Guerrera Torres y la Barbie Juárez volverán a enfrentarse, el 17 de abril. Ambas son campeonas del mundo, pero será el cinturón de Ana María el que esté en disputa.

Empezaron juntas, maduraron separadas. Entre ellas hay una clara rivalidad. Hace poco coincidieron en los estudios de una televisora, donde ambas participaron en una telenovela. Ni se saludaron.

No tengo nada que ganar con Mariana. La retadora es ella. Yo soy la campeona, dice Ana María antes de reconocer el valor de un nuevo combate con su añeja rival. Mariana nunca ha aceptado los resultados –agrega–, siempre ha dicho que le robaron. Si tiene una espinita, eso a mí no me preocupa. Si aceptó la pelea, es por algo.

Ana María asegura que dijo sí al combate porque su promotor le ofreció la contienda, y como no abundan retadoras la tomó sin dudar, pero no la considera especial: Creo que mi pleito más importante fue contra la tailandesa Usanakorn Kokietgym, a quien doblegó en 10 asaltos para unificar el título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo. Si acaso, admite, es el simbolismo de que las pioneras se enfrenten una vez más.

No obstante, aclara que respeta a Mariana, aunque a ella le gusta hablar de más, y dice que no la mueve un rencor especial contra su añeja rival. De hecho refiere estar contenta porque ambas lograron abrirse camino en un medio tan hostil.

Recuerda que en el camino quedaron muchas compañeras de aquella generación de pioneras del boxeo. Muchas se retiraron ante la falta de condiciones para practicar este deporte, otras colgaron los guantes para dedicarse a su familias.

El primer sueldo que recibí por una pelea fue de mil 835 pesos... ¡menos 30 por ciento para el mánager!, recuerda Ana María, quien ahora puede vivir del boxeo. Actualmente recibe mejores bolsas y en cada pleito un aumento.

Además, abrió un gimnasio en Ciudad Neza, donde entrena a niños y jóvenes. La vida de la Guerrera es completamente distinta a la de aquella novata que abrió camino en el boxeo. Aunque todavía no puedo comprarme mi casa, aclara.

Falta un par de semanas para el combate, y la Guerrera luce fuerte y ágil en sus desplazamientos: He ganado en técnica, rapidez y contundencia, y asegura que cuando enfrente a Mariana ganará el boxeo femenil y el público. Nada más.