Cultura
Ver día anteriorMartes 30 de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Muestran en galería de la Condesa obras de Alex Alechinsky y Karel Appel, entre otros

Integrantes del grupo CoBrA combinan el onirismo con las ganas de vivir

Reúnen 25 trabajos en papel representativos de ese movimiento que surgió al terminar la Segunda Guerra Mundial

El 13 de abril abrirán exposición de Boris Viskin en ese recinto

Foto
Cerca del ave, litografía de Guillaume Cornelis van Beverloo, Corneille, pintor y grabador belga, que forma parte de la exposició colectiva CoBrA De la foret que nous étions, sommes, serons Foto Cortesía de la galería Le Laboratoire
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de marzo de 2010, p. 7

A partir de principios como Quien niega la felicidad en la tierra, niega el arte o No hay gran pintura sin gran placer, los integrantes del grupo CoBrA concibieron una propuesta en la que combinan el onirismo con las ganas de vivir.

De ello se ofrece testimonio en la exposición CoBrA De la foret que nous étions, sommes, serons, que mañana concluye en la galería Le Laboratoire (Vicente Suárez 69, departamento 2, colonia Condesa).

La muestra está integrada por 25 obras en papel de diferentes artistas de ese colectivo, entre ellos Pierre Alechinsky, Karel Appel, Corneille, Hugo Claus, Christian Dotremont, Asger Jorn, Bengt Linstrom, Lucebert y Serge Vandercam.

El movimiento CoBrA –acrónimo de Copenhague, Bruselas, Amsterdam, ciudades de origen de sus fundadores– se creó en París, justo después de la Segunda Guerra Mundial.

Como resultado de la escisión del surrealismo revolucionario, los cobras pretendían hacer realidad sus ideales de una sociedad mejor, convencidos de que la expresión creadora sería un derecho universal y una posibilidad abierta a todos los individuos, según documenta la cédula de la muestra.

Rechazan la cultura racionalista de Occidente y buscan sus modelos en formas artísticas todavía no contaminadas por las normas y las convenciones occidentales, como las culturas primitivas con sus propios tótems y sus signos mágicos, la caligrafía oriental y el arte prehistórico.

En su propia cultura, al igual que Jean Dubuffet, descubrieron lo intacto del arte naïf, de las manifestaciones de niños y de enfermos mentales. Lo plasmaron en sus seres fantásticos que evocan sus pinturas, a veces infantiles, a veces diabólicos, seres con los que se distinguieron dentro del expresionismo y con los que crearon una ola que se extendió en el arte occidental después de 1945.

Entre sus características iniciales figuran una reacción contra la rigidez de la abstracción geométrica en boga en los años 40 del siglo pasado, así como una preferencia por la espontaneidad y el rechazo a teorías prestablecidas, un primitivismo y una violencia deliberados del geste artistique premier.

Pájaro, niño y mujer

Los motivos recurrentes son el pájaro, el niño y la mujer. El Sol, la Luna y los astros son sujetos de múltiples variaciones y el bestiario se parece más a una fantasía que a un cuento.

Abierta de martes a sábado de 11 a 19 horas (previa cita telefónica al número 52564360), en la galería Le Laboratoire, CoBrA De la foret que nous étions, sommes, serons se puede visitar hoy y mañana.

Una vez concluida la exhibición del grupo CoBrA, el recinto recibirá la muestra Neo post constructivismo dadá, romántico humanista, de Boris Viskin, integrada por 13 obras, la mayoría de ellas óleos sobre madera; habrá también un políptico de 19 piezas y collage. La exposición de Viskin estará abierta del 13 de abril al 5 de junio.