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No importa cuál sea el color del partido, sino que dé color en el tema de la seguridad

Mi sucesor, obligado a seguir el combate actual: Calderón

Califica de totalmente absurdas las propuestas de cambiar la estrategia antinarco

Ejército, Marina y policías permanecerán en las calles, dice

Heredará un entramado legal fuerte, afirma

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El presidente Felipe Calderón, al poner en marcha la colecta anual de la Cruz Roja, con el director de esa institución, Daniel Goñi, Margarita Zavala y el secretario de Salud, José Ángel Córdova VillalobosFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de marzo de 2010, p. 5

El presidente Felipe Calderón aseguró que tiene alguna idea del color del partido de quien será su sucesor, pero consideró que lo importante, más allá de eso, es que dé color en el tema de seguridad y de la ley.

Al responder preguntas de empresarios del sector vivienda, calificó de totalmente absurdas las propuestas para modificar su estrategia.

Sostuvo que el Ejército, la Marina y las policías seguirán en las calles hasta que los delincuentes entiendan que los mexicanos no nos vamos a dejar dominar por una bola de maleantes, que calificó de ridícula minoría.

Un día después de la visita a México de Hillary Clinton y la plana mayor de seguridad estadunidense, el jefe del Ejecutivo federal aclaró que su pretensión no es terminar con el consumo de drogas en el mundo, sino demostrar que hay un solo Estado y que esos señores no son dueños de la plaza. Aquí se toparon, porque estamos decididos, precisamente, a limpiar México.

En una comida cerlebrada durante el Encuentro Nacional de Vivienda, el michoacano hizo una exposición e invitó a los participantes a formular preguntas.

El empresario Jesús Aguilera, proveniente de León, Guanajuato, le solicitó un pronóstico sobre lo que hará su sucesor en la lucha contra el crimen, dado que la conclusión de este mandato se acerca y no tenemos garantía ni de qué color, ni quién va a ser y mucho menos de cuál va a ser su política de Estado.

El Presidente se extendió en la respuesta y planteó que desea heredar un entramado legal tan fuerte que, cualquiera que sea quien me releve, tenga forzosamente por ley y por presión de los ciudadanos que es más importante cumplir ese compromiso elemental de proteger a los ciudadanos.

Agregó: ya lo del color de quien sea, ahora sí que quizás tenga alguna idea, pero no, no. Aquí lo importante, más que el color de partido, es que dé color en el tema de seguridad y de la ley, y eso es lo que debe determinar el rumbo del país.

A quienes proponen un cambio de estrategia y califican de error combatir a los criminales, les preguntó: ¿y qué proponen, que nos echemos para atrás, que los dejemos hacer lo que se les da la gana? Es totalmente absurdo, es ingenuo.

La meta de este gobierno, señaló Calderón, es que las policías local y federal, el Ejército y la Marina hostiguen a los delincuentes hasta que entiendan que los mexicanos no nos vamos a dejar dominar por una bola de maleantes, que son una ridícula minoría montada sobre el miedo, la corrupción o la cobardía de muchos durante mucho tiempo.

Insistió en que desde el inicio de su gobierno fue claro en cuanto a que esta lucha iba a costar tiempo, dinero y vidas humanas, porque no puede hacerse en una administración.

Comentó que algunos analistas definen su estrategia como una guerra contra el narcotráfico, pero buscó clarificar que el término de war on the drugs se acuñó en Estados Unidos, en la época de Richard Nixon.

Para justificar la creciente visibilidad de los narcotraficantes, expuso que México se convirtió en mercado de drogas y como los delincuentes buscaron un dominio territorial, ahora ya están hasta la cocina porque se les abrió la puerta y se asumen como dueños.

Afirmó que está empeñado en sacar a los delincuentes de la cocina, tras admitir que ya se asumen como autoridad distinta a la del Estado al cobrar impuestos, imponer leyes y tener fuerza pública, que son, por cierto, las definiciones de Estado.

Ese desafío al Estado tiene que ser combatido con toda la fuerza del Estado, porque aquí el único dueño de la ciudad o el único dueño del pueblo, o el único dueño de ese estado es el Estado mexicano, y las únicas leyes que valen son las leyes mexicanas y la única autoridad es la autoridad mexicana. Ninguna más, punto, planteó al tiempo que subía el tono de voz y golpeaba el atril.

Mencionó que le han pedido el envío del Ejército a alguna entidad, cuando el problema es que se dejó entrar a los criminales. Puso como ejemplo a alguien que permite el ingreso de dos muchachos muy simpáticos a su casa y “al rato te los encuentras en el baño, a todo dar, en la tina echando burbujas, en fin. Hasta que te los encuentras en tu recámara y vienes a decir: ‘oye, el cuate se está poniendo mi traje, y ve tú a saber qué otra cosa’. Entonces, la verdad es que no los hubieras dejado entrar”.

Horas antes, en la ceremonia de inicio de la colecta anual de la Cruz Roja, reiteró su visión de que este año pinta mejor en el aspecto económico.