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La reforma no es de fondo; sólo se enriquecerá a las aseguradoras: médicos de Harvard

Promulga Obama la ley de salud más ambiciosa desde 1965 en EU

Demócratas continuarán defensa de la nueva norma que beneficia a unos 30 millones de personas

Michael Moore apoya el cambio pero admite que aún están lejos de tener un sistema universal

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El presidente Barack Obama con Vicki Kennedy, viuda del senador Ted Kennedy (a la derecha), y Connie Anderson, hermana de una amiga por correspondencia del mandatario, que le escribió para decir que ya no podía pagar sus dos primas de seguros ni su casa. El jefe de la Casa Blanca celebró en Washington luego de promulgar la nueva ley de saludFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de marzo de 2010, p. 21

Washington, 23 de marzo. El presidente Barack Obama promulgó hoy la ley de salud, la legislación social más ambiciosa en casi medio siglo, que beneficiará a millones de estadunidenses pero también generará millones de dólares a las empresas farmacéuticas, hospitalarias, y un enorme mercado de nuevos clientes para las compañías aseguradoras.

En una ceremonia en la Casa Blanca, Obama firmó la legislación, que coronó un esfuerzo que ha eludido a varios presidentes durante casi un siglo, el más reciente fracaso fue durante la presidencia de Bill Clinton. La nueva ley ofrece el cambio más ambicioso en materia de salud desde 1965. Así, la masiva industria de salud, que representa una sexta parte de la economía nacional, será sujeta a una transformación, aunque limitada. Pese a que la nueva ley no llega a ofrecer cobertura universal, sí marca un giro en política social en el único país avanzado del mundo que no ofrece o garantiza acceso a servicios de salud a todo ciudadano.

Consagra un principio básico

Obama, al firmar la reforma ante unos 200 legisladores en un ambiente festivo en la Casa Blanca, declaró que con esta ley “consagramos… el principio básico de que todos deberían de tener alguna seguridad cuando se trata de su salud”.

La ley obligará a que la gran mayoría de estadunidenses cuente con algún seguro de salud, agregará a millones más al programa de salud para los pobres, subsidiará seguros privados para personas de bajos y medios ingresos e impone una serie de restricciones a la forma de operar de las aseguradoras con sus clientes. Costará 938 mil millones de dólares a lo largo de una década, pero reducirá el déficit del presupuesto federal.

Con este triunfo Obama también salvó su presidencia, ya que una derrota le habría herido mortalmente. Sin embargo, la promulgación no marca el fin de esta guerra política, ya que se libran nuevas batallas, ahora con miras a las elecciones legislativas de noviembre. Vale recordar que lejos de ser un esfuerzo bipartidista, la ley no contó con un solo voto republicano.

De hecho, procuradores generales estatales republicanos en 12 estados anunciaron que retarán la reforma al acusar que viola derechos estatales. Por otro lado, senadores republicanos harán todo lo posible esta semana para descarrilar un proyecto de ley que contiene algunas modificaciones a la reforma de salud.

Durante los próximos meses antes de las elecciones legislativas de noviembre, ambos lados se enfocarán en elogiar o criticar la reforma. Los republicanos repetirán que la ley es una intromisión gubernamental en el sector privado que traerá como consecuencia costos más altos y reducirá las opciones de los pacientes.

Los demócratas continuarán con su esfuerzo de vender los beneficios al público, con el argumento de que 32 millones de estadunidenses que carecen de un seguro de salud lo tendrán ahora. Obama iniciará esta campaña el jueves en Iowa, donde resaltará los beneficios de la reforma.

A la vez, los demócratas enfrentan críticas a la reforma desde el lado progresista, al considerar que la medida es deficiente al ceder demasiado a las demandas de conservadores de ambos partidos y los intereses del sector privado.

Los médicos Steffie Woolhandler y Michael Himmelstein, ambos profesores de medicina en Harvard, y cofundadores de Médicos por un Programa Nacional de Salud, declararon que aunque quisieran celebrar no pueden hacerlo, y compararon la reforma con ofrecer aspirina para el tratamiento de cáncer.

Agregan que “en lugar de eliminar el fondo del problema –la industria privada de seguros de salud guiada por ganancias– esta nueva y costosa legislación enriquecerá y fortalecerá a estas empresas. La ley requiere que millones de estadunidenses compren los productos defectuosos de las aseguradoras y otorgarles así vastas sumas de dinero público (el gobierno subsidiará a millones que no pueden pagar un seguro)”. Acusan que a estas aseguradoras se les entregarán más de 447 mil millones en fondos públicos para subsidiar la compra de sus pólizas.

Aunque la reforma inicialmente enfrentó la firme oposición de empresas del sector salud, fue notable cómo en las últimas semanas las farmacéuticas y empresas hospitalarias, y asociaciones de médicos privados, de repente la apoyaron. Incluso las acciones bursátiles de éstas se elevaron ayer. Y es que el gobierno, con esta ley, está entregando más de 30 millones de nuevos clientes que ahora podrán pagar al sector privado de salud en los próximos años.

Michael Moore, quien dirigió un documental sobre los abusos del sistema de salud, celebró la aprobación de la ley, ya que sí beneficiará a millones que antes no contaban con un seguro.

Pero a la vez indicó en un escrito que los rateros que administran las aseguradoras están por ganar nuevos clientes y podrán escaparse de ciertas obligaciones y evitar pagar ciertos costos médicos de estos clientes. Subraya que la ley obliga a los que tienen suficientes ingresos para pagar una póliza a escribir un cheque a una aseguradora privada, generándoles un buen negocio. Aún estamos lejos de un sistema de salud universal, todavía con millones sin seguro, lo cual implica que miles morirán cada año por no poder ser atendidos por un médico en un hospital, concluyó.