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La guerra del centavo y la falta de regulación del servicio, entre las causas: Covilsa

Concesionarios del corredor vial Reforma aseguran estar en quiebra

Lo único que cambió fueron los micros por unidades modernas más caras, señalan

Dicen que la caza de pasajeros es rutinaria

El chistecito nos está costando 20 millones más, señalan

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El 2 de agosto del año pasado, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, dio el banderazo de salida a los nuevos autobuses que corren por Paseo de la ReformaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de marzo de 2010, p. 36

El servicio en el corredor vial Reforma no mejora. Todos los días los usuarios aguantamos las carreritas de los autobuses, los constantes enfrenones y las apuraciones para bajar, pues lo único que cambió fueron los micros por autobuses modernos, más caros y que nos bajan donde quieren, porque no hay paradas establecidas.

Gilberto Trejo, presidente del consejo de administración del Corredor Villa-Lomas (Covilsa), una de las dos empresas participantes, reconoció que continúa la guerra del centavo, ante la existencia de cuatro tarifas: cinco pesos para el servicio ejecutivo, 4.50 el plus, cuatro el exprés, y dos pesos el ordinario y el exclusivo de mujeres Atenea, que presta la Red de Transporte de Pasajeros.

La falta de regulación del servicio ha sido otro de los factores que ha impedido la consolidación de este corredor, pues a diferencia del Metrobús, donde los recursos van a una bolsa común y se distribuyen entre los participantes, aquí debemos buscar ese dinero, subiendo más pasajeros, cerrándonos a otro vehículo de la competencia o haciendo base en sitios no autorizados, afirmó.

La caza de pasajeros es rutinaria y aun así se está 35 por ciento debajo de las estimaciones de las autoridades capitalinas al poner en marcha este primer corredor. Por ello estamos en quiebra, los camiones están bajo embargo precautorio y este chistecito nos está costando ya 113 millones de pesos, es decir, 20 millones más de lo programado en la compra de 62 autobuses, señaló.

El dirigente de los concesionarios de la ruta 2, integrados a Covilsa, Jesús Padilla, reconoció que no podemos seguir prestando mal el servicio, pues está en riesgo nuestra inversión y patrimonio, así que buscaremos sumar esfuerzos con la empresa Bicentenario y dar un cambio radical, que nos permita transportar 170 mil usuarios diariamente con rapidez y seguridad, y no sólo 110 mil, como sucede; y sea escuchada nuestra petición de crear un ente regulador o fideicomiso.

Hoy, comentó, no existe viabilidad financiera para el socio de la empresa, como tampoco itinerarios que permitan regular el paso de las unidades en las horas de mayor demanda y cuando está bajo, lo cual provoca que se tengan, en muchos casos, autobuses circulando a menos de la mitad de su capacidad, con el consecuente gasto de combustible.

Recordó que si este proyecto fracasa, también fracasa el gobierno, y se perdería la oportunidad de mejorar el servicio de transporte de la ciudad y desincentivar el uso del automóvil, como se ha logrado con el Metrobús, sobre todo cuando se tienen en puerta otros 10 proyectos de corredores viales en la ciudad de México.

El director general de Transporte, Martín Mejía Zayas, informó que se envió a la Consejería Jurídica un proyecto para instalar un fideicomiso con el dinero generado por las dos empresas participantes en el corredor, y a fin de mes se distribuya de acuerdo con su participación: 40 por ciento para Covilsa y 60 por ciento para Bicentenario, a fin de acabar con la guerra del centavo y hacer rentable este proyecto.

La medida incluirá la regulación de las unidades cada tres o siete minutos, según la demanda de servicio, y la posibilidad de cruzar información del número de pasajeros en las unidades, mediante el funcionamiento de las barras contadoras que se ubican en las puertas de ascenso con el dinero que se encuentra en las alcancías, con lo cual se “evitará que sean ordeñadas”.

Mencionó que un informe del Centro de Transporte Sustentable (CTS) reveló que 35 por ciento de los ingresos captados por los choferes del servicio colectivo, tanto en las llamadas marimbas o alcancías, se “perdían en el pago de mordidas, refrescos y tortas para el cacharpo (ayudante) o la novia durante el trayecto, pues al concesionario sólo le preocupa que se le entregue una cuenta diaria de 800 pesos”.

Los resultados se verán en breve, a fin de lograr que el pasajero note una mejoría en el servicio, como ya sucedió en Periférico, donde 60.5 por ciento de los usuarios dicen que es bueno.