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Los resultados son lo bastante sólidos para utilizarlos ya en la interpretación clínica

Secuencian genoma de paciente y hallan el origen de su enfermedad

Después de 20 años, el doctor Lupski y su equipo hallaron gen causante del síndrome que padece

El avance refrenda la tecnología de la decodificación genética como el futuro de la medicina

The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 12 de marzo de 2010, p. 2

La comunidad médica celebró el avance logrado esta semana en medicina personalizada, con el primer caso en el que la secuenciación del genoma completo de un paciente reveló la causa genética de su enfermedad.

El avance demuestra por primera vez que la tecnología de la secuenciación genética, proclamada durante una década como el futuro de la medicina, es lo bastante sólida para producir resultados clínicamente significativos. No llegan a 10 las personas en el mundo cuyo genoma se ha completado hasta ahora, y la mayoría de los casos constituyeron ejercicios intelectuales.

Sin embargo, la tecnología puede anunciar una nueva era de neurosis médica, más que de mejor salud. Enterarse por anticipado del riesgo de sufrir enfermedades puede ayudar a prevenirlas, pero también podría conducir a una vida de preocupación por ellas.

El adelanto más reciente resuelve un enigma de 20 años para el paciente James Lupski, quien como vicepresidente de genética molecular y humana en el Colegio Baylor de Medicina, en Houston, Texas, también encabezó la investigación.

Entre 5 y 10% de 25 mil genes

Lupski heredó de sus padres un raro trastorno que afecta los nervios de manos y pies, llamado síndrome de Charcot-Marie-Tooth. En 1991 él y su equipo identificaron la primera mutación genética que dio origen a la enfermedad, y de entonces a la fecha otros investigadores han implicado otros 40 genes en ella. Pero ninguno explicaba por sí mismo el padecimiento, que afecta al doctor y a algunos de sus consanguíneos.

Para ayudarlo en su búsqueda, Richard Gibbs, director del Centro de Secuenciación del Genoma Humano, ofreció decodificar su genoma. Los investigadores encontraron dos mutaciones convincentes en el gen SH3TC2, uno de los que se sabía que estaban relacionados con el síndrome. Los resultados se publican en la revista New England Journal of Medicine (NEJM).

Lupski comentó que durante 40 años había sabido que tenía una enfermedad genética, pero ahora sabía qué gen la había originado. Es la primera vez que hemos intentado identificar en esta forma un gen vinculado a un padecimiento. Por ahora sólo sabemos la función de entre 5 y 10 por ciento de los aproximadamente 25 mil genes de nuestro genoma que se requieren para formar un ser humano. Lo que este estudio nos dice es que los datos son lo bastante sólidos para que comencemos a utilizarlos con el propósito de interpretar información clínica en el contexto de la secuencia del genoma, explicó.

Desentrañar los secretos del código secreto de los individuos para revelar su riesgo de desarrollar enfermedades específicas se ha visto limitado por el alto costo, pero éste cae a pasos agigantados. Descifrar el genoma completo del premio Nobel James Watson, codescubridor de la estructura de doble hélice del ADN, costó un millón de dólares; el genoma del doctor Lupski fue secuenciado por 50 mil. Un editorial del NEJM prevé que continuarán las espectaculares reducciones del costo, a consecuencia de la competencia y la innovación, y que el curso de dos años estarán a la décima parte del costo actual.

Incluso hoy, utilizando una técnica diferente que reduce el objetivo de la secuenciación (cubre uno por ciento del genoma pero aun así abarca 90 por ciento de todas las mutaciones productoras de efectos importantes), descifrar el genoma del doctor Lupski se habría logrado por 4 mil dólares. Cada vez es más claro que el costo se acerca a un parteaguas en el que la secuenciación del ADN se vuelva un procedimiento de rutina en el arsenal del diagnóstico, vaticinó la revista.

Sin embargo, los nuevos adelantos plantean un conjunto de cuestiones éticas. Entre ellas está la forma en que se debe presentar a los individuos la información sobre los riesgos genéticos de tener una enfermedad, y cuáles serán las implicaciones para los seguros y el empleo.

Por ejemplo, las mujeres afectadas por los genes BRCA1 y 2, de los cuales se sabe que incrementan hasta 80 por ciento el riesgo de cáncer de seno, pueden protegerse sometiéndose a mamografías regulares u optando por una cirugía profiláctica de extirpación de senos.

Vivir a la sombra del padecimiento

En cambio, no hay cura para la enfermedad de Huntington, trastorno neurodegenerativo progresivo hereditario. Alertar a personas afectadas por el gen que causa este padecimiento significa que vivirán más tiempo bajo la sombra de él. Si bien algunas tal vez quisieran saberlo, otras quizá preferirían vivir en la ignorancia hasta que se desarrollaran los síntomas. Parejas que quieran tener hijos podrían desear saber si el feto se vería afectado, de modo que pudieran optar por la adopción.

En Gran Bretaña, la asociación de compañías aseguradoras acordó en 2001 una moratoria en el uso de pruebas genéticas, la cual se ha prorrogado en dos ocasiones y ahora tiene fecha de expiración en 2014. La moratoria permite a los consumidores obtener seguros para ellos y sus familias sin tener que revelar resultados adversos de pruebas genéticas predictivas que pudieran indicar un riesgo de enfermedad grave.

Hasta ahora se han identificado mutaciones en genes únicos que causan más de 2 mil enfermedades, la mayoría raras. También se descubren mutaciones en genes múltiples que elevan el riesgo de enfermedades comunes.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya