Cada familia mexicana transfiere 75 mil pesos por año a la renta de las grandes empresas monopólicas que operan en el país, principalmente de los sectores de telecomunicaciones, infraestructura, financiero y de energía, aseguró Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia (CFC).

Esa cantidad, explicó, es la que dejarían de pagar las familias mexicanas si se adoptaran medidas para fomentar la competencia y la competitividad, como se hizo en Australia en los pasados siete años, cuya economía no solamente creció 2.5 por ciento adicional, sino que hubo una transferencia a la sociedad de la renta obtenida por las empresas acaparadoras a la sociedad.

Implicaría también un aumento impresionante en la clase media del país, en el mercado interno y en la inversión extranjera directa (IED), expuso el funcionario al participar en la 66 convención anual de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).

Si sucede en México lo que pasó en Australia en materia de decisiones procompetencia, y si el resultado fuese igual, sería equivalente a una transferencia de rentas de las firmas monopólicas hacia la sociedad por alrededor de 75 mil pesos adicionales por familia al año, y las más beneficiadas serían las de bajos ingresos, precisó en entrevista.

La falta de competencia exacerba la desigualdad de ingreso, expuso en su ponencia, y dio ejemplos de otros sectores donde predominan los monopolios.

Pierden más los que menos ganan

Refirió que la pérdida del bienestar de los consumidores se observa principalmente en la población de bajos ingresos en relación con siete tipos de alimentos: tortilla de maíz; refrescos, jugos y agua; cerveza; medicamentos; leche; carnes procesadas, así como pollo y huevo, de acuerdo con una investigación del ITESM.

Por ejemplo, los hogares que se ubican entre el primero y el quinto de los diez deciles considerados por el Inegi gastan hasta 6.9 por ciento de su ingreso en dichos productos, mientras los hogares más ricos, ubicados en el décimo decil, destinan menos del 2 por ciento de su gasto.

Eduardo Pérez Motta sostuvo ante los empresarios del sector exportador que la crisis evidenció un problema estructural de bajo crecimiento de la economía mexicana, frente al que una política orientada a la competencia y eficiencia de los mercados representa una herramienta fundamental.