Estados
Ver día anteriorSábado 6 de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Pobladores de Michoacán exigen viviendas
 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de marzo de 2010, p. 25

Decenas de pobladores del municipio de Churumuco, Michoacán, se manifestaron ayer frente a la sede del Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo) debido a que esta dependencia de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) hace cuatro años se comprometió a beneficiarlos con recursos de programas públicos y hasta la fecha no ha cumplido.

Luego de dos días de permanencia en el Distrito Federal sin ser atendidos por el director del organismo, Salvador López Orduña, los afectados detallaron que autoridades de Sedeso se comprometieron a beneficiarlos con 10 millones de pesos para dar techo y piso firme a sus viviendas.

Precisaron que las paredes de algunas casas de los poblados exhiben flamantes placas por ser presuntos beneficiarios de programas de Sedeso: la realidad es que las obras sólo consistieron en deficiente colocación de unos metros de piso para cada vivienda.

Indicaron que ante la situación precaria en la que viven, en temporada de lluvias deben recubrir sus casas con cartones y plásticos para evitar las filtraciones de agua y aminorar el frío. Requerimos atención urgente del gobierno y no que sus funcionarios se vayan a tomar la foto para presumir que trabajan.

Denunciaron que los reportes de la Sedeso refieren apoyos a las viviendas de sus comunidades, “pero no es verdad, porque sólo colocaron un poco de cemento mal puesto en el suelo de algunas casas.

“Si no nos van a apoyar que nos regresen lo que nos quitan con el alza de impuestos y combustibles. Chavo López en su campaña por el PAN a la gubernatura fue a pedirnos nuestro voto y se comprometió a ayudarnos. No fue electo y lo mandaron al Fonhapo, donde ahora nos desconoce y se ha negado a recibirnos”, dijeron.

Sus funcionarios nos han dicho que no está y que no nos puede atender aquí, pero vinimos porque nos cansamos de esperar a que nos vaya a tender en los cerros donde vivimos y a los que sólo se puede entrar con burros o caballos.