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Armados, agentes federales cubren sustracción de material en Tlalpan

Conato de violencia entre policías y electricistas en sucursal de LFC
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de marzo de 2010, p. 21

Decenas de policías federales protegieron el retiro de vehículos, material eléctrico y herramientas en distintas sucursales de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que habían permanecido intocados desde octubre de 2009, cuando se decretó la extinción de la paraestatal.

En el caso de la sucursal Tlalpan, en la colonia Toriello Guerra, en el Distrito Federal, después de que personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sacó 13 unidades bajo el resguardo de más de 40 agentes, se suscitó un conato de enfrentamiento cuando un jefe de grupo de la Policía Federal se acercó a Alberto Martínez –un joven de 18 años e hijo de una integrante del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que deambulaba por la zona–, justo cuando hablaba por teléfono, y le dijo:

¡Vuelves a pasar muy nalga, de nuevo, y te rompo la madre; ya estás advertido, te rompo la madre!.

De inmediato, en el parque que se localiza frente al número 21 de la calle Puente de Piedra, que es donde están las oficinas de Luz y Fuerza, el joven se vio rodeado de seis agentes federales que le gritaban: ¡ándale, pendejo! ¡¿Qué quieres? Éntrale!.

Desconcertado, no atinó a pronunciar palabra, solamente que él nada les había dicho ni hecho. Lo que salvó al joven de la agresión física fue la intervención de miembros del SME que habían instalado una mesa de información frente a la sucursal Tlalpan, y que habían tratado de impedir que sacaran del inmueble las unidades y el material eléctrico.

La historia de este conato de enfrentamiento comenzó al filo de las 11:30 de la mañana, cuando arribó al lugar un camión con más de 30 agentes federales para cubrir la llegada de tres camionetas con más elementos y personal de la CFE que conduciría los vehículos.

Los uniformados hicieron una valla frente a la sucursal para impedir que los integrantes del SME bloquearan la salida de las camionetas. Los electricistas y algunos habitantes de la zona protestaron por la acción, lanzaron algunos huevos contra los agentes y golpearon con las manos los vehículos cuando los sacaban, pero nada pudieron hacer.

Cuando las cosas ya habían retornado a la normalidad e inclusive algunos agentes bromeaban con los electricistas, llegaron cuatro unidades con más de 20 policías con equipo antimotines; algunos portaban armas largas, otros fusiles para lanzar granadas de gas lacrimógeno, y todos llevaban toletes.

En cuanto bajaron de las unidades se acercaron a un agente que identificaron como Pinki y le preguntaron que cómo estaba, a lo que respondió: bien, sólo me pegó la piedra aquí. Uno de sus compañeros agregó: sí, están calientes, pero déjalos, deja que caiga uno en mis manos y le rompo su madre.

Hata allí todo habían sido meras expresiones verbales, pero cuando Alberto Martínez pasó junto a una de las camionetas, desde la otra acera, frente al parque, salió corriendo un jefe de grupo y lo amenazó.

Roberto Márquez, secretario de sucursales del Comité Central del SME, intervino ante la agresión; advirtió a los policías que sus actitudes serían denunciadas en la reunión que sostendrán en la Secretaría de Gobernación, mientras, los otros sindicalistas protegieron al muchacho para evitar que fuera golpeado o les lanzaran gases, ya que varios elementos ya traían artefactos manuales listos para echárselos.

El representante sindical dio a conocer que en las sucursales de Neza, Chimalhuacán y Cuautitlán de Romero Rubio, en el estado de México, también se realizaron sustracciones de material, unidades y herramienta.