Opinión
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Contraste intelectual

México, ¿preparado?

Clase Política

Laicidad y democracia

Julio Hernández López
Miguel Ángel Rivera
Dinero

Zedillo cobra factura en Citibank

Toyota da explicaciones en China

Las nuevas becas de Conacyt

Desde el otro lado

La opción nuclear

Enrique Galván Ochoa
Arturo Balderas Rodríguez
México SA

La culpa de los sucesores

CSG y su fijación de diván

Reporte Económico

México. La banca comercial en 2009

Carlos Fernández-Vega
David Márquez Ayala
Centenaria

El Diario*

Aprender a morir

Enfermos terminales

1º de marzo de 1910
Hernán González G.
Balance de la Jornada

Chivas sigue festejando pese a su futuro incierto

Toros
¿La Fiesta en Paz?

¿Comisión o sumisión?

Marlene Santos Alejo
Leonardo Páez
Montemayor, imprescindible
L

a muerte prematura de Carlos Montemayor, acaecida la madrugada de ayer en esta capital, trasciende el ámbito de lo personal: se trata de una grave pérdida para el país en varias de sus dimensiones, y deja una ausencia irremediable en uno de los peores momentos de México.

El Correo Ilustrado

La lucidez de Montemayor, guía en la oscuridad

C

arlos: siempre te gustó la realidad, la enfrentaste con mucho valor y la enriqueciste con tu sabiduría. Ahora nos dejas frente a ella, descarnada, sin ti, pero con tu voz y tu lucidez que seguirán siendo una guía en la oscuridad de este tiempo mexicano. Será la lengua materna, será la poesía temprana, serán los pueblos originarios, serán las flores y el canto... algo será que, en tu memoria, recupere la fragancia de éste, tu amado México.

Carlos Montemayor: cuando el tiempo falta
E

ran los primeros días de la sublevación zapatista. En el aire todavía estaba fresco el olor a pólvora. Junto a un amplio grupo de analistas mexicanos, Carlos Montemayor fue invitado a participar en un seminario sobre el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional organizado por un importante think tank en Washington.

Adiós a un poeta
Foto
Carlos Montemayor Foto Danilo De Marco
Luis Hernández Navarro
Adolfo Gilly
Despedida sin adiós a Carlos Montemayor
N

os conocimos en 1973 cuando colaborábamos en el suplemento literario de El Heraldo de México. Alguna vez deberían rescatarse esas colaboraciones que redactó Carlos en aquel tiempo. Por ese tiempo se concentraba ante todo en la tradición clásica; en cierta dirección su guía en esto era Rubén Bonifaz Nuño. Borges, Bioy, Pound y Eliot, eran algunos de sus dioses modernos. Al principio la relación fue un gran desencuentro, pese a la mediación de un buen amigo de ambos, el escritor regiomontano Humberto Martínez, quien decía acertadamente que eran más las coincidencias entre nosotros que las diferencias.

Carlos en la memoria
Foto
Susana de la Garza, esposa de Carlos Montemayor, con Margo Glantz, ayer en la Academia Mexicana de la Lengua Foto Marco Peláez
Marco Antonio Campos
Hugo Gutiérrez Vega
El interminable conflicto de Medio Oriente
M

ientras no esté resuelto para todos los grandes países importadores de hidrocarburos el actual desequilibrio entre producción y consumo de combustibles –petróleo y gas–, el conflicto con las naciones productoras y exportadoras de Medio Oriente seguirá dándose cada vez con mayor violencia, a medida que surge la resistencia nacional contra la explotación de recursos, que en ocasiones genera otro conflicto interno, el cual complica más y hace muy difícil plantear con carácter de permanente la paz que a su vez haga posible el desarrollo de los países que para bien o para mal son poseedores de combustibles.

Ciudades cada vez más grises
A

lgunos lectores seguramente recuerdan que don Marcelo Ebrard prometió convertir a la ciudad de México en la más verde de América Latina. Esto exige, por lo menos, una política de reforestación urbana y mantener en buen estado los parques y jardines existentes. Y además evitar que la expansión de la mancha de concreto continúe sobre las áreas de reserva ecológica y agrícola con que cuenta la capital del país y que suman más de 50 mil hectáreas.

Gonzalo Martínez Corbalá
Iván Restrepo
Los genios de la economía
S

alinas acusa a Zedillo de haber actuado en forma desleal, al informar sobre la devaluación, a empresarios privilegiados que hicieron fortunas a costa del país; Serra Puche defiende a Zedillo y atribuye los males económicos, a errores del gobierno de Salinas, y Aspe, secretario de Hacienda del gobierno de aquél, reconoce errores en la privatización de la banca en 1991.

La última semana
C

oncentración de hechos políticos, algunos de consecuencias fundamentales para México. Los principales: el núcleo de lo que sería un nuevo organismo internacional de los países latinoamericanos y del Caribe, distinto de la OEA sin la presencia de Estados Unidos y Canadá; la discusión en México sobre las próximas reformas políticas, sobre todo electorales; y, todavía, la terrible denuncia de Carlos Salinas de Gortari sobre la filtración de Ernesto Zedillo a grupos económicos acerca de la inminente devaluación en 1994, que habría costado al país varios miles de millones de dólares y que nos mantendrá por años en una inagotable deuda fiscal.

Bernardo Bátiz V.
Víctor Flores Olea
¡Salvad el pellejo!
E

n la más reciente aparición de Carlos Salinas, en la conferencia sobre la Privatización de la banca, crisis y rescate del sistema financiero, organizada por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias la semana pasada, defendió a capa y espada sus decisiones económicas, políticas e ideológicas, especialmente en torno a la privatización de la banca iniciada en mayo de 1990.

Carlos Montemayor, tenor, maestro
E

l maestro Carlos Montemayor en primera persona: el amor a la música para mí fue anterior al amor a las letras. Antes de los nueve años desperté a la música porque vi en mi natal Parral a un minero, que yo quería mucho, tocar una guitarra, y a mí me sorprendió que de sus manos y de todas sus uñas, duras, negras, quebradas, pudiera brotar la música. Desde entonces me quedó claro que uno puede producir música, y para eso uno no debe someterla, sino ayudarla a que brote.

León Bendesky
Pablo Espinosa
La importancia de llamarse Carlos Montemayor
Foto
El maestro Montemayor en una imagen de agosto de 2009 Foto Luis Humberto González
Toros
El carisma de Juan Ramón
L

a corrida de Autrique que se presentaba en la Plaza México era una procesión de torrillos bravos con los caballos y posteriormente débiles al llegar a la muleta. Con la cabeza alta, sin recorrido, ni transmisión, nunca rompían. Llevaban el festejo a una aburrición total. Más apareció el cuarto toro y la decoración cambió. El veterano Manolo Mejía le fue a brindar el toro a Juan Ramón de la Fuente, ex rector de nuestra universidad, y la plaza se calentó. Sorpresivamente en un coso taurino, en vez de los gritos de torero, surgió el: ¡cachún cachún ra rá, cachún cachún ra rá. Goya, universidad! No sólo el tendido ardió, Manolo se despejó la modorra e influido por el ex rector sacó del ropero de utilería de su interior, la maestría que ha atesorado en años.

Hermann Bellinghausen
José Cueli