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Pacientes del terremoto ya no hay; ahora se ven padecimientos de dimensiones extremas

Misión médica cubana atiende a haitianos de Carrefour que llevan años de olvido sanitario

Las carpas cuentan con salas de cirugía, terapia intensiva, rehabilitación y servicio de laboratorio

 
Periódico La Jornada
Martes 23 de febrero de 2010, p. 19

Puerto Príncipe, 22 de febrero. La misión médica cubana en Haití llega con sus servicios a poblaciones muy pobres en diferentes rincones del país, donde las calamidades se acentuaron tras el terremoto del 12 de enero.

Uno de esos parajes es la localidad de Carrefour, a unos 15 kilómetros de Puerto Príncipe, en cuyo subsuelo fue localizado el epicentro del movimiento telúrico que devastó esta capital y otras ciudades.

Se trata de una población completamente desatendida, con una deuda de salud de años, personas muy pobres que nunca tuvieron acceso a un quirófano; de ahí que debamos atender muchos casos de hernias gigantes y otros padecimientos que no se ven en otros lugares del mundo, comentó a Prensa Latina el cirujano Luis Alberto Ojeda.

En el hospital de campaña cubano en Carrefour, a punto de comenzar una cirugía, Ojeda confesó que aún se queda boquiabierto al ver el estado en que llegan algunos haitianos al centro de salud, puesto a disposición de los pobladores 10 días después del sismo.

Ya prácticamente del terremoto no recibimos pacientes, pero sí mucha cirugía de diferentes padecimientos, de anomalías con dimensiones extremas, enfatizó el médico, especialista del hospital Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba.

El cirujano puso de ejemplo casos de muchas personas desconocedoras de las patologías que presentan, entre ellos una paciente lista para operar que llegó al hospital de campaña con molestias en la vagina, y cuando la examinaron ya tenía el útero fuera de ésta.

La población de Carrefour es muy pobre; muchos son campesinos, que evidentemente en sus años de trabajo realizaron grandes esfuerzos, acciones que les provocaron hernias que ahora les llegan hasta la rodilla, y desconocían que las padecían, pues nunca se las diagnosticaron, comentó el cirujano Ojeda, miembro de la Brigada Henry Reeve.

En este hospital cubano de campaña, uno de los cinco activados por la isla en diferentes localidades del país luego del terremoto, fueron atendidos hasta ahora unos ocho mil pacientes, y más de un centenar fueron sometidos a operaciones quirúrgicas de diferente tipo.

Foto
El terremoto en Haití del pasado 12 de enero dejó una secuela de heridos que han recibido atención de la brigada médica cubana, que en estos días atiende más pacientes de medicina general que lesionados por el sismo. En la imagen, un médico cubano atiende en Puerto PríncipeFoto Reuters

El colectivo de 64 profesionales que integran el centro, entre ellos doctores formados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en Cuba, trabaja diariamente.

En sus carpas, además de los servicios de cirugías y consultas, el centro cuenta con salas de terapia intensiva, de hospitalización y rehabilitación, y se realizan exámenes de laboratorio y ultrasonido.

Por otra parte, el siquiatra Francisco Toledo asiste a la población infantil-juvenil para mitigar los efectos sicológicos del terremoto.

Fundamentalmente aprovecha juegos populares, cantos, bailes y lecturas comentadas.

Eso ha traído en consecuencia que los niños constantemente me buscan, soy mal cantante, pero tengo que improvisar la Guantanamera y Cuba qué linda es Cuba, que ya casi se la saben de memoria, comentó Toledo a Prensa Latina.

De acuerdo con el experto, aún está presente el efecto postraumático del sismo en personas que tienen pensamientos recurrentes con el terremoto, interiorizan el duelo de otra manera, con llantos y pesadillas.

Cuenta el siquiatra que la primera experiencia con una paciente aquí la tuvo el día que llegó al país, cuando aún no había recibido la tienda de campaña para alojarse.

Me solicitaron de urgencia evaluar a una menor de entre 12 y 15 años de edad, en el hospital La Renassaince, que tenía amputada una extremidad inferior, y que a causa del estrés postraumático estaba muy exaltada, y había agredido al personal médico y paramédico cubano, por el temor a perder la otra pierna, recordó.

Señala el galeno que resultó compleja la comunicación, porque es muy difícil dar aliento a una persona que ya tiene amputado un miembro, que está en peligro de perder otro y perdió a toda la familia en el terremoto.

Explicó Toledo que tuvo en cuenta la creencia religiosa de la muchacha y a partir de ahí logró que pusiera de su parte para el tratamiento, y fue posible preservar su otra extremidad inferior.

Cada vez que visito Puerto Príncipe la voy a ver a La Renassaince, fue mi primer caso, cuenta el siquiatra, a quien le esperan cada día nuevas experiencias en Carrefour.