Dos personas que fueron detenidas la noche de ayer por agentes de la Policía Federal, presuntamente acusadas de secuestro, fueron liberadas luego de que cerca de 800 pobladores de San Pedro Atocpan, delegación Milpa Alta, retuvieron y amenazaron con linchar a tres elementos de esa corporación. Durante más de tres horas se enfrentaron con palos y piedras a los uniformados y destrozaron y volcaron varios vehículos, lo que dejó varios lesionados, entre ellos mandos de la policía capitalina, los propios agentes retenidos y habitantes de esta localidad.

El llamado de alerta en el pueblo ocurrió poco después de las 20 horas, cuando –de acuerdo con las primeras versiones– tres agentes federales cumplimentaban una orden de aprehensión contra Isaac Olivos Torres y Luz María Flores Becerril, en el cruce de Justo Sierra y Atzayácatl.

Esto enardeció los ánimos de algunos vecinos, quienes de inmediato hicieron sonar las campanas de la iglesia, por lo que en cuestión de minutos se juntaron cientos de pobladores alrededor de los policías federales y los obligaron a que se refugiaran dentro del vehículo en el que llegaron, un Optra, placas 867-WFK, y ahí los mantuvieron retenidos, mientras algunas personas lanzaban piedras a la unidad.

Los inconformes exigían la liberación de las dos personas detenidas a cambio de entregar a los retenidos, e incluso rociaron con tíner el vehículo y prendiendo periódicos amagaban con quemar la unidad.

La respuesta de los elementos policiacos fue rápida y no sólo arribaron granaderos, sino también comenzaron a sobrevolar el poblado dos helicópteros, lo que enfureció más a la gente, que comenzó a arrojar piedras a los uniformados, quienes ante las agresiones lanzaron gases lacrimógenos.

El secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Manuel Mondragón, se trasladó también para tratar de negociar con los habitantes la liberación de los agentes, cuyos nombres no se dieron a conocer.

Poco después de las 22 horas, Olivos Torres y Flores Becerril fueron llevados al pueblo desde las instalaciones de la Procuraduría General de la República cercanas a este poblado.

Con este hecho, los habitantes de San Pedro Atocpan accedieron a poner en libertad a dos de ellos, pero el tercer agente permaneció retenido casi una hora más dentro del vehículo, estacionado en la calle Justo Sierra casi esquina con Atzayácatl.

En entrevista telefónica con un noticiario, Mondragón informó que él mismo se había comprometido a regresar a las personas detenidas por los agentes federales a sus casas.

Ahora el problema es que los policías federales están aquí metidos en un automóvil y la gente está muy enardecida, sabemos cuál es el comportamiento en las culturas de nuestros pueblos. Estamos aquí en medio del relajo, vamos a ver qué podemos hacer.

Antes de las 23 horas, reconoció, la situación aún no estaba bajo control, ya que los agrupamientos policiacos tenían órdenes sólo de resguardar a los policías federales.

Yo no puedo meter ante una población enardecida agrupamientos, porque entonces le echamos gasolina a la hoguera y eso no puede ser. Aquí tenemos que aguantar vara, estar con la cabeza muy fría y tratar de convencer a mucha gente, agregó Mondragón.

Después de la medianoche, todavía los helicópteros de la Secretaría de Seguridad Pública, alumbrando con potentes reflectores, sobrevolaban el poblado.

También fueron retirados por grúas por lo menos cinco vehículos particulares dañados en la refriega.

Pasadas las 23 horas, se impidió el acceso al lugar del enfrentamiento, incluso a pobladores de San Pedro Atocpan.

Después de la medianoche decenas de elementos se habían retirado en tres convoyes de patrullas y de unidades pesadas de la Policía Federal.

Sin embargo, aún quedaron tres grupos de policías federales en el poblado cercano de San Gregorio; además, otras patrullas se mantuvieron a lo largo de la carretera que une ese poblado con Xochimilco.

Cabe recordar que el 23 de noviembre de 2004, tres elementos de la entonces Policía Federal Preventiva fueron retenidos por habitantes del pueblo de San Juan Ixtayopan, en Tláhuac, luego de que fueron acusados de fotografiar niños en las inmediaciones de una escuela. Dos de los agentes fueron quemados vivos y uno de ellos logró sobrevivir tras la intervención de elementos de la Policía Judicial.