Opinión
Ver día anteriorViernes 5 de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ruta Sonora

Lo celebrado de 2009 (electro I). Rock 101 vuelve en línea

L

a música electrónica experimental es la que de veras sigue ofreciendo sonidos inusitados, en contraste con mucho del reciclaje que se hace del rock en muchos casos. Hoy, primera parte de lo mejor de ese género durante 2009, tan poco difundido en medios abiertos.

1. Broadcast and the Focus Group. Investigates the witch cult of radio age. Miedo placentero provoca esta grabación, en que el opiáceo dúo de Birmingham se une al artista visual Julian House, para generar un collage armónico de sonidos incidentales, cual si arrancados de un momento onírico dulce y siniestro, o cual si surreales transmisiones radiales: sampleos mágicos, guitarras inconstantes, clavicordios deslavados, coros infantiles, flautas pánicas, estática, gritos apagados, graznidos, agua, vientos encapsulados, a veces con la angelical voz de Trish Keenan… Todo un aleph sonoro.

2. Ben Frost. By the throat. En segundo disco, el experimentalista australiano-islandés distorsiona gruñidos de lobos, corales, arpas, guitarras, metales, entre resonancias que van de la tranquilidad paisajista al terror. Con pasajes que podrían ir del darkmetal a la electroacústica, este épico plato pasma y embelesa.

3. Onehohtrix Point Never. Rifts. El neoyorquino Daniel Lopatin ejecuta en su radiante proyecto gélidos paisajes, mediante sintetizadores y procesos de largas contemplaciones auditivas. Ambient minimal, expansivo, sin voces ni percusiones, cercano al noise y al abstracto sónico. Delicia texturosa.

4. Fever ray. Fever ray. La escalofriante propuesta de la sueca Karin Dreijer, del dúo electro-minimal The Knife, sigue aquí misteriosa y oscura, pero su expresividad es más vívida, intimista, vulnerable. Con parsimonia desafiante, una voz de particular vibratto e intrigantes melodías con coros espectrales, su debut solista deja con las orejas abiertas.

5. Clark. Totems flare. El inglés Chris Clark contra-ataca en sexto disco, con una maravilla de frenetismo hard-techno, barroco pero preciso, altamente excitante por su intrincada y meticulosa inventiva de ruidillos y procesos digitales. Fantástico.

6. Bibio. Ambivalence avenue. Stephen Wilkinson cruza folk de a guitarra de palo, funk y soul, con una electrónica sutil y amable, entre voces de niños jugando, beats de hip hop, o sin percusiones luego, y sonidillos tipo Atari. Híper-creativo, lúdico y floripondio. Tan bello como enfermito.

7. Moritz Von Oswald Trio. Vertical ascent. Dos de los mejores productores berlineses de techno mínimo y dub (Von Oswald y Max Loderbauer, más el percusionista Sasu Ripatti) en cuatro viajados tracks emiten una ricura, cuya base orgánica (maderas y metales) es procesada para entrar en una poderosa hipnosis sonora.

8. Matías Aguayo. Ay ay ay. Es chileno pero vive en Colonia, Alemania. Y en segunda producción, arroja un techno minimal juguetón, fluido, sabroso, influido por ritmos afrocaribeños y brasileiros, lleno de perspicaces cambios, cantitos insinuados y curiosos títulos en español. Ree-hueno.

9. Micachu and the Shapes. Jewellery. La inglesa Mica Levi hace divertido y raro disco de pop experimental, donde guitarras acústicas cual de juguete (incluyendo la chu, hecha por ella misma), juegan con harto tecladito barato, distorsiones remezcladas, percusiones sintéticas y cantos post-rappers. Una perla de gran originalidad y alegría.

10. Henrik Schwarz/Âme/Dixon. The grandfather paradox. Otros tres productores alemanes hacen un disco-concepto de un track de una hora, que mediante guitarras acústicas y percusiones naturales, teclados múltiples y procesos digitales derivados del deep-house, emprenden una travesía multisensorial, que va de lo africano a la pista metálica. Una aventura que se va cual en trance líquido.

Regresa la Idea Musical

Su transmisión, a 128 kps, comenzó el pasado 26 de enero, pero hasta ayer se inició la programación en forma, con locuciones en vivo, de la nueva Rock 101, ahora por Internet, en www.101.com.mx, tal como prometió en estas páginas Luis Gerardo Salas, fundador del legendario proyecto radiofónico (duró de 1984 a 1994). “Sonará a lo que sonaría Rock 101 de no haber acabado, con música actual de calidad; temas poco atendidos entre 1994 y 2009, y piezas de catálogo o idea musical que identificaron al concepto anterior”, dijo Salas en entrevista. Y para hacer móvil la escucha, vía celular, iPhone, o laptop, se asoció con Apple para que de apple.com.mx sea posible descargar la aplicación Rock 101, creada ex profeso para su transmisión. La estación está ligada a Facebook y Twitter, para interactuar con el público. En locución están Salas, Dominique Peralta, Abel Membrillo, Vicente Solís y Jorge García Negrete. Y para continuar con la tradición del bar/foro paralelo, mañana se inaugura El 101, en Michoacán 93, Condesa (pero ojo: el sitio rock101.com.mx, hecho por fans, no tiene nada qué ver). A escuchar y esperar a que tan osado proyecto fructifique.