Cultura
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Principio Potosí, del Museo Reina Sofía, aborda el tema desde una perspectiva indígena

Realizan proyecto centrado en una visión anticolonialista de los bicentenarios

Los españoles no salimos bien parados, dice vocero del recinto madrileño

Instituciones de AL, España y Portugal crearán ambicioso observatorio sobre consumo cultural en Iberoamérica

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Frontispicios en Madrid, capital española, donde la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, anunció que se intensificará el turismo cultural en ese país ibéricoFoto Pablo Espinosa
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Periódico La Jornada
Martes 26 de enero de 2010, p. 7

Madrid. España inicia la década con la presidencia cultural de la Unión Europea. Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura, formuló en conferencia de prensa el sostén de su gestión: promover el turismo cultural como un factor de desarrollo más allá de la mera programación de actividades.

Para el efecto se concentrará el andamiaje de la gran infraestructura cultural española, que La Jornada tuvo ocasión de conocer de cerca merced a una visita prodigada por la Fundación Carolina y la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Ceasex), instancias independientes del gobierno español y cuyo propósito esencial es la divulgación y proyección externa de la realidad cultural española.

Ceasex fue creada en 2001 como una sociedad mercantil, explica su presidenta, Charo Otegui. Su tarea es financiar proyectos para lograr el cometido de su existencia, entre otros propósitos, que artistas jóvenes españoles sean conocidos fuera de su país.

También colabora de manera directa en la preparación, financiamiento, museografía y demás aspectos de montajes de grandes exposiciones en otros países, como fue el caso reciente de la muestra dedicada a Josep Renau, que luego de México itineró hacia Chile, y del enorme éxito que tuvo la magna exposición con obras de El Greco que rebasó los 370 mil visitantes en el Palacio de Bellas Artes mexicano.

De manera semejante, Ceasex propició la muestra titulada The Art of Power, imponente demostración artística con base en el armamento de la antigüedad, que asombró al público de la National Gallery en Washington y debido a su rotundo éxito se mostrará después en el Museo del Prado madrileño.

El modelo que nos mueve es la diplomacia cultural, define Otegui. Nos interesa crear redes entre los distintos agentes del arte en muchos países. Uno de los mecanismos habilitados hasta el momento consiste en comisariados mixtos para montar exposiciones.

El año de los bicentenarios habilita nuevos senderos. Entre los proyectos monumentales en marcha está la creación de un Archivo Universal, bajo la coordinación del Museo Reina Sofía, que consiste en subir a la red de redes todo aquel material de investigación, catalogación y divulgación artística.

Otra de las instancias constitutivas de la infraestructura cultural de España es la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, éste sí organismo estatal, con 16 sedes en América Latina. Desde el año 2000 organizan cumbres denominadas Conferencias de Cultura.

Entre sus programas destaca un proyecto de educación artística en el ámbito latinoamericano tanto en la educación formal como en la informal. En octubre de 2010 se realizará un encuentro en México para desarrollar este tema.

Otro de sus proyectos se concentra en la temática Cultura y Migraciones, a partir de la convicción de que cuando la gente se mueve, mueve su cultura. También está en marcha la elaboración de una Carta Cultural Iberoamericana y la creación de un ambicioso Observatorio de Cultura, que consiste en concentrar toda la información acerca del consumo cultural, en el cual participan 450 instituciones de América Latina, España y Portugal.

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La Casa de América, en tanto, es un consorcio formado por tres entidades españolas: el Ministerio de Exteriores, la Comunidad de Madrid y la alcaldía madrileña, en conexión con empresas con intereses en distintos países de América, como Santander y Telefónica. En lo inmediato, uno de sus esfuerzos mayores consiste en incrementar el nivel participativo de su página web, que lo virtual sea más importante que lo físico en nuestras actividades. No solamente mostrar contenidos en la red: aspiramos a lograr un portal equivalente al de un medio de comunicación grande, explica su directora, Inmaculada Turbau.

El Museo del Prado, por su parte, estrenó recientemente una monumental remodelación que reafirma su vocación por el arte clásico.

Y el Museo Reina Sofía, en contraste, apuesta por la actualidad, es un museo muy vinculado a la democracia, define Jesús Carrillo, director de programas culturales de esta institución. Mientras el Museo del Prado se vincula a la monarquía, a la Ilustración, a los Borbones, el Reina Sofía se inscribe en el proceso democrático que se inició con la República y se restableció con la caída de Franco.

En enero de 2008 comenzó una nueva etapa y en marzo de 2009 se inauguró la nueva colección. Además, su remozamiento a cargo del maestro Jean Nouvel lo ubica de lleno en la contemporaneidad. Nuestro eje es la historia, lo coyuntural. El Museo Reina Sofía es una interpretación de la historia a través del arte.

El proyecto que desarrolla el Museo Reina Sofía respecto de las celebraciones bicentenarias de independencia de distintos países latinoamericanos es hasta el momento el único que atiende una posición crítica, vinculada con la sociedad histórica y la actual: el Principio Potosí, magno proyecto, anuncia Carrillo, “que muestra el cambio de visión que tenemos de la historia. Es de hecho una impugnación sobre el tema bicentenario. Hay que irse a los procesos de explotación colonial anteriores para entender el proceso de acumulación de capital y creación cultural.

Es un proyecto muy ambicioso, muy arriesgado y cuyos efectos polémicos nos pueden incluso rebasar. Se trata de un punto de vista anticolonialista y centrado más en la perspectiva indígena. Los españoles no salimos bien parados.

Se inaugurará en el Museo Reina Sofía el 12 de mayo próximo y concluirá el 6 de septiembre para viajar a Bolivia, donde por cierto la instancia de gobierno con la que estamos trabajando allá se llama Ministerio de Descolonización.