Sociedad y Justicia
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Aún puede detenerse la dispersión de transgénicos: Álvarez Buylla

Monitorea laboratorio poco fiable la contaminación del maíz en cultivos
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de enero de 2010, p. 41

El gobierno federal validará el monitoreo de organismos genéticamente modificados (OGM) de las siembras con el laboratorio estadunidense Genetic ID, a pesar de que éste ha demostrado su incapacidad para detectar la contaminación de maíz. Ello pone en riesgo la diversidad genética del grano, ya que se desconocerá la presencia de transgénicos en los cultivos campesinos, advierte Elena Álvarez Buylla, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Laboratorios mexicanos, entre ellos el del Instituto Nacional de Ecología, que se ubica en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, y el de la biotecnóloga Amanda Gálvez forman parte de la Red de Monitoreo de OGM impulsada por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), y son certificados por la Alianza Global de Laboratorios Genetic ID.

El artículo de Álvarez Buylla y otros autores Presencia de transgenes en maíz mexicano: evidencia molecular y consideraciones metodológicas para la detección de organismos genéticamente modificados –reseñado en la revista científica Nature en diciembre pasado y publicado en Molecular Ecology– revela que Genetic ID no es confiable para la detección de la contaminación porque sus resultados fueron negativos en el análisis de muestras de maíz contaminadas con transgénicos, indica la experta en entrevista.

Esta misma empresa, detalla, fue la encargada de analizar las muestras con resultados negativos que dieron lugar al estudio de 2005 en el que se rechaza la contaminación de maíz transgénico en los cultivos campesinos de Oaxaca y que fue elaborado por Sol Ortiz –directora técnica de la Cibiogem–, Exequiel Ezcurra y Jorge Soberón –ex funcionarios de la Semarnat.

Esto fue a pesar de que en 2001 Ignacio Chapela, de la Universidad de Berkeley, detectó en sierra Juárez la contaminación, corroborada por otros científicos, cuyos estudios fueron ignorados por los ex funcionarios, precisó.

Si cuando no había cultivos experimentales de maíz transgénico en el país se detectó la contaminación de las siembras campesinas con ese producto y Genetic ID fue incapaz de detectar el hecho, ahora que el gobierno federal dio permisos para las pruebas se corre el riesgo de que haya flujo génico y no se conozca, advierte Álvarez Buylla.

Luego de que ella y autores como Alma Piñeyro, Antonio Serratos y Rafael Rivera publicaron en meses recientes dos artículos científicos en los cuales se corrobora que el maíz transgénico no puede controlarse, aunque esté en sitios confinados, y que se ha detectado contaminación de cultivos tradicionales de Oaxaca, Guanajuato, Veracruz y Mérida, el nuevo estudio constata ese hecho y que quienes dirigen la Cibiogem no garantizan la protección del maíz.

Relata: mandamos muestras que sabíamos que eran de maíces contaminados a analizar a Genetic ID, sin decirle lo que eran, y no lo detectaron. Con esto demostramos que tiene falsos negativos, es decir, tiene sus umbrales de tal manera que el resultado de una muestra es negativo cuando en realidad es positivo (...) Puede haber razones comerciales para que suba sus umbrales de forma que tienen más probabilidad de tener falsos negativos.

Como laboratorio científico sin intereses comerciales, porque no hacemos negocio, explica, decidimos probarlo mandando pruebas que detectamos positivas y a esa empresa le falló, por lo que, estima, esto pone en entredicho la fiabilidad de esta compañía.

Señala que Nature envió los resultados reportados en su artículo y el de 2005 de Sol Ortiz a un experto del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, quien dictaminó que nuestro estudio tenía razón y corroboró que Genetic ID tiene falsos negativos.

Considera muy grave que Ariel Álvarez, secretario ejecutivo de la Cibiogem, y Sol Ortiz, quienes sabotearon el trabajo científico de investigadores independientes en 2005, al ocultar estudios que revelaban la presencia de transgénicos en los cultivos tradicionales, sean ahora las que organizan el monitoreo en México.

Preocupa, dijo, no sólo el monopolio en el control de semillas, sino en el monitoreo; el gobierno está sirviendo de intermediario para que Genetic ID monopolice el control de los acervos de maíz nativo. No es sólo comercializar la presencia de los maíces híbridos, sino el control de quién tiene y quién no tiene transgenes.

Aún estamos a tiempo de parar una mayor contaminación, porque una vez que se dispersen los transgénicos no habrá monitoreo que valga, concluyó.