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Brasil extradita a Argentina a militar uruguayo; pieza clave de la Operación Cóndor
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 24 de enero de 2010, p. 20

Buenos Aires, 22 de enero. El tribunal de la ciudad alemana de Nüremberg envió una orden de captura internacional ayer contra el ex dictador Jorge Rafael Videla, por el secuestro y asesinato de un joven alemán cuyo cadáver fue encontrado en una fosa común con el de otras personas enterrado como NN e identificado a fines del año pasado, mientras esta tarde se cumplió finalmente la orden de extradición desde Brasil a Argentina del coronel retirado uruguayo Manuel Cordero, figura clave de la dictadura en su país y de la Operación Cóndor aquí.

Cordero debió llegar al país el pasado 21 de enero cuando fue anunciada la entrega a las autoridades argentinas y logró dilatar su entrega a la justicia, cuando ya una misión policial lo esperaba en la zona fronteriza.

A último, momento su médico particular logró retenerlo, como se había hecho desde hace tiempo, aduciendo lesiones cardiacas e internándolo en un hospital de Santana Do Livramento.

Este mediodía la Policía Federal brasileña lo entregó a las autoridades argentinas cumpliendo así una demorada orden de extradición decidida por el Supremo Tribunal Federal de ese país.

Cordero está acusado por la desaparición de once personas y el secuestro de un bebé.

Las pruebas existentes en la causa Cóndor aquí y en Uruguay son terminantes, ya que incluso fue reconocido por algunas de sus víctimas- que son muchas más- y por sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención de Automotores Orletti, virtual sede local de esa siniestra operación contrainsurgente que coordinó a las dictaduras del Cono Sur en los años 70.

Tratando de eludir la extradición desde que fue detenido en Brasil el 26 de febrero de 2007, en agosto pasado la Justicia brasileña determinó el cumplimiento de la prisión domiciliaria para tratamiento médico y luego se descubrió que no cumplía esta medida adecuadamente.

Hoy fue trasladado desde la clínica en Santana Do Livramento, hacia la frontera con este país, cuando llegó la confirmación de que el gobierno argentino se responsabilizaría por su tratamiento médico aquí.

En tanto, el tribunal de Nüremberg decidió la acción contra Videla, después que a fines de los años 90 había iniciado una investigación sobre la responsabilidad de la Junta Militar en el secuestro y asesinato de Rolf Nasim Stawowiok, de nacionalidad argentino-alemana.

El joven fue secuestrado el 21 de febrero de 1978, asesinado y enterrado como NN. En 2004 el Equipo de Antropólogos Forenses logró exhumar cinco cadáveres y finalmente a fin del año pasado logró confirmar la identidad de Stawowiok.

El Tribunal de Nuremberg que había guardado algunas causas ante la reactivación de los juicios en Argentina, decidió ante esta situación reactivar las causas en diciembre pasado. Hay otras víctimas alemanas de la dictadura como Elizabeth Kesseman y Klaus Zieschank.

Videla está procesado aquí por centenares de secuestros, torturas y desapariciones y cuatro causas en que se lo va a juzgar ya fueron elevadas a juicio oral y público, entre ellas la de la Operación Cóndor.

Por otra parte, desde ayer la justicia tiene una lista de cuatro mil 300 agentes secretos al investigar los documentos desclasificados del Batallón de Inteligencia 601. Durante la dictadura (1976 – 1983) estos actuaban como agentes civiles, entre ellos están 345 militares que estaban en esa institución, cuyas responsabilidades crecen con pruebas y testimonios.

Los documentos desclasificados en cumplimiento del decreto 4/2010 que dictó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recientemente para que se abran los archivos militares fueron entregados al director del Archivo Nacional de la Memoria, Ramón Torres Molina. Hasta ahora las identidades de esos agentes estaban amparadas por las leyes de inteligencia.

Pero la justicia deberá determinar quienes entre estos fueron realmente responsables de delitos de lesa humanidad. Se estima que sólo el diez por ciento eran agentes con identidad falsa que cumplían tareas de infiltración y entrega de personas y apoyaban a militares como los ex jefes del 601 Pascual Guerrieri y Jorge Arias Duval en la guerra sucia.

El Batallón 601 dependía de la jefatura II de la comandancia del Ejército y tenía destacamentos en todas las unidades que le reportaban directamente. Su tarea eran los análisis de inteligencia, infiltrar, detener y torturar prisioneros y luego pasar la información a los grupos de tareas de las zonas y subzonas en que el Ejército había dividido al país. También el Batallón 601 estuvo en otros países y especialmente en Honduras en tiempos de la guerra de Estados Unidos contra Nicaragua sandinista. Algunos de los jefes en esa operación están sindicados en la desaparición de más de 200 hondureños, en los tiempos en que trabajaban para la CIA estadounidense.

Entre las principales operaciones aquí se señalan la infiltración en el Ejército Revolucionario del Pueblo(ERP) logrando anticipar el ataque al batallón de Monte Chingolo donde murieron decenas de personas en 1975 y luego también lo hicieron con la contraofensiva que la organización Montoneros había dispuesto y que llevó al apresamiento de una cantidad de militantes hoy desaparecidos entre 1978 y 1980.