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Las miradas del sueño reúne 93 litografías y xilografías del genial artista

Muestran en el Centro Cultural Olimpo de Mérida los demonios internos de Salvador Dalí
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 23 de enero de 2010, p. 5

Mérida, Yuc., 22 de enero. Es una exposición para degustar y, en dado caso, estirarse lo bigotes. Dalí: las miradas del sueño reúne 93 obras del genial artista español, Salvador Dalí, aquel de la mirada demencial y los bigotes largos y en forma de espiral, están presentes en Mérida y se exponen en el Centro Cultural Olimpo del ayuntamiento.

Parte del surrealismo y el clasicismo colman las litografías y xilografías de Dalí, quizá también inspiradas en su musa Gala. Del total de obras, 56 pertenecen a la colección La Divina Comedia, 12 de Fábulas de La Fontaine y 25 de Los sueños caprichosos de Pantagruel de Rabelais, provenientes de la Fundación Museo de Artes del Grabado a la Estampa Digital de La Coruña (Galicia, España).

Uno de los segmentos más interesantes es la interpretación que Dalí hace de La Divina Comedia, de Dante, bajo encargo del Parlamento italiano en 1960. Allí, el artista conjuga la técnica de la xilografía y su muy particular visión de los tres estadios: el infierno, el purgatorio y el paraíso.

En su explicación, Rocío Hermo, directora curadora del Museo de Artes, sostuvo que Dalí parece dar a entender que un hombre que mata a otro hombre no tiene cabida ni en el mismo infierno.

Demonios, almas en pena y ángeles divagan en las obras alusivas a La Divina Comedia y Dalí mezcla el estilo surrealista con el clasicismo, lo que marca una etapa en la evolución del artista.

Bien podría llamárseles dantescas (a las pinturas), pero es el reflejo de la realidad que Dalí interpretó en su momento; tal vez sus propios demonios, sus demonios internos, indicó la especialista española.

Infierno, purgatorio y paraíso

La otra parte de la exposición en Mérida se compone de Los sueños caprichosos de Pantagruel (1973) y Las fábulas de La Fontaine (1974), pero con la técnica litográfica que, en el genio de Salvador Dalí, se muestra incomparable.

Imágenes rebuscadas, en blanco y negro, seres deformes, animalescos y sonrientes, como buscando seducir y penetrar con la mirada al espectador. Así es la trama que el artista legó a la humanidad.

Basta con observar la xilografía Demonio goloso, un engendro de La Divina Comedia que devora a los seres humanos y cuya cabeza está atravesada con un hueso; o bien, Pantagruel manejando a su antojo a Diana de Pontiers, su amada, sorprendente y hasta místico, quizá terrorífico.

Y es que Dalí se supo vender muy bien. Y supo que sus obras, para la posteridad, seguirían sorprendiendo a propios y extraños; a los conservadores y liberales. Es el infierno, el purgatorio y el paraíso de Salvador. Así fue su vida. Las obras se exhibirán en el Centro Cultural Olimpo hasta el 23 de marzo. La inauguración oficial será la noche de este sábado.

El público dispondrá de dos meses para impregnarse de la genialidad de Dalí y, en un momento dado, para que los caballeros se estiren los bigotes.