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Se prevé que ocupe el lugar de Japón como segunda economía

China creció 8.7% en 2009 y su PIB alcanzó 4.91 billones de dólares
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de enero de 2010, p. 25

Pekín, 21 de enero. La economía de China creció 8.7 por ciento en 2009 con respecto a 2008, cifra que el gobierno calificó de esencial para generar más empleos para los mil 300 millones de habitantes del país asiático, informó la agencia de noticias Xinhua.

De acuerdo con la fuente, el director de la Oficina Nacional de Estadística (NBS), Ma Jiantang, indicó que el producto interno bruto (PIB) alcanzó los 4.91 billones de dólares en 2009.

Los analistas pronostican que China se apoderará del lugar que ocupaba Japón como segunda economía mundial, sólo detrás de Estados Unidos. Además, desbancará a Alemania como primera nación exportadora.

Japón anunciará los datos de su PIB más recientes el próximo mes y es posible que su economía se haya contraído 6 por ciento en 2009.

Como dueña de las mayores reservas internacionales del mundo, China funge como banco particular y mayor prestamista de Estados Unidos, país acotado por una deuda gigantesca.

Mientras Estados Unidos pierde importancia como última gran superpotencia, China asciende como destacado actor en el escenario internacional y hoy está más fuerte que nunca. Además, con su primera prueba de un sistema de defensa antimisiles, el pasado 11 de enero puso de relieve su creciente fuerza militar.

Los expertos coinciden en que la crisis económica global ha cambiado la correlación de fuerzas en el mundo a favor de China. Con un impresionante crecimiento económico de 8.7 por ciento el año pasado, la nación asiática ha demostrado que es, pese a sus propios problemas, la locomotora de la coyuntura mundial.

Es muy obvio: China es una potencia emergente, mientras el poder de Estados Unidos está disminuyendo en términos relativos, estima la investigadora Yu Yingli, del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai. La capacidad de Estados Unidos de asumir el liderazgo mundial es cada vez más débil, indicó.

El propio presidente estadunidense, Barack Obama, ha subrayado que los grandes problemas del mundo –la disputa nuclear con Irán y Corea del Norte, la crisis económica global o la lucha contra el cambio climático– no se pueden resolver sin la cooperación de China.

Sin embargo, la fracasada cumbre mundial de Copenhague sobre el cambio climático puso al descubierto la contradicción que acompaña el ascenso de China: por un lado, el mayor emisor de gases de efecto invernadero actúa como una gran potencia pero, por el otro, rechaza asumir la responsabilidad especial que conlleva este papel.