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La muestra es una selección de fotografías de la vida privada del ex mandatario cubano

83 motivos, revelación gráfica de un Fidel Castro más humano

Incluye imágenes tomadas por fotorreporteros y allegados al líder, así como por su hijo Álex, quien ha captado las más recientes

Se presentará el 28 de enero en la galería 10/10, en el DF

Foto
Imagen de Castro captada por Pablo Caballero, quien fue parte de la escolta del ex mandatario
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 19 de enero de 2010, p. 4

La Habana, 18 de enero. Un joven de fino bigote camina en Nueva York; un líder barbado saluda a sus simpatizantes; un gobernante se divierte en plena nevada rusa o luce por primera vez en público una guayabera; un octogenario conversa en ropa deportiva.

De la montaña de fotografías que puede haber de Fidel Castro en más de medio siglo, ésas son algunas de las 83 reunidas en una exposición que llegará este mes a la ciudad de México.

Aun recluido en su casa y sin agenda oficial, como imagen Castro sigue siendo lo mismo que ha sido siempre: un icono, dice a La Jornada Álex Castro Soto del Valle, uno de los hijos del ex mandatario.

Álex confirma que es autor de 99 por ciento de las fotos captadas tras la crisis de salud de Fidel de 2006. Ahí está con Hu Jintao, Lula y García Márquez; con Kiril (jefe de la Iglesia ortodoxa rusa), Margaret Chan (de la Organización Mundial de la Salud), Cristina Fernández, congresistas estadunidenses y, por supuesto, Hugo Chávez, entre otros visitantes.

Fidel es una figura pública, pero su vida es ahora mucho más privada, añade Álex. Ya no lo vas a ver en actos públicos ni en nada de eso. Se ha retirado del poder. Puede recibir a algún mandatario, pero no es algo oficial. Las fotos quedan como un archivo, para la historia.

A principios del mes aparecieron fotos del presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, con Fidel y su esposa, Dalia Soto del Valle. Son las primeras imágenes públicas de sus padres juntos, pero Álex matiza: “Ése no es un tema de importancia, como lo podría haber sido antes. Aquí en Cuba no se estilan primeras damas, como en otros países”.

Ahora, la de Fidel es la vida privada de un cubano más, aunque no deja de ser la figura que es. Nunca va a dejar de serlo. Siempre habrá curiosidad por saber de su vida privada, de su familia.

Más persona, menos líder

La Sociedad Cultural José Martí organizó la exposición 83 motivos para celebrar en agosto pasado los 83 años de Fidel. Además de material de Álex, hay trabajos del desaparecido Osvaldo Salas, de su hijo Roberto Salas, de Liborio Noval y de Pablo Caballero, cuatro cubanos con décadas de oficio y abundantes portafolios sobre el líder.

Arturo Suárez, curador de la exposición junto con Marila Sarduy, cuenta que la idea era buscar un acercamiento más personal a la imagen de Fidel, menos el líder y más el ser humano.

Con ligeros cambios sobre la original, la muestra se colgará el 28 de enero en la galería 10/10 (Polanco) de la ciudad de México. El director del centro es el mexicano Norman Bardavid, quien hace cinco años vino a Cuba y tiene dos proyectos para impulsar a pintores callejeros y desconocidos de la isla. De 83 motivos dice: no es nada político, sino que trata de enfocar al protagonista en su dimensión humana. Creo que va a ser una exposición muy visitada. El personaje es muy polémico, lo cual lo hace atractivo.

Los Salas y Noval trabajaron en el diario Revolución y su sucesor Granma, y como fotorreporteros a menudo tuvieron a foco durante décadas a Fidel Castro. Los tres han contribuido a la épica gráfica de la revolución cubana, como los fallecidos Alberto Díaz (Korda) y Raúl Corrales.

Caballero es un veterano de la Dirección de Seguridad Personal del Ministerio del Interior, asignado durante unas cuatro décadas a la escolta de Fidel, por lo que es autor de una extensa crónica gráfica del ex mandatario.

Osvaldo Salas (1914-1992) se instaló en Nueva York en los años 40 del siglo pasado y se abrió paso como fotógrafo independiente. La revista cubana Bohemia quería un reportaje para demostrar que Fidel no estaba escondido ni muerto, dice Roberto Salas, al recordar que su padre cubrió la gira de Castro entre los exiliados en Estados Unidos, en 1955. Después del triunfo de la revolución, en 1959, Osvaldo volvió a la isla.

Roberto nació en Nueva York, aprendió el oficio con su padre y en la década de 1960 vino a Cuba. Noval había hecho publicidad, pero finalmente se volcó a la prensa. Como enviado de Granma, recuerda Liborio, al principio no había mucha película disponible. Después tuvimos un poco más y siempre la aprovechábamos. Había giras que empezaban muy temprano y terminaban en la madrugada siguiente. Imagínate la cantidad de fotos que hay de Fidel.

Álex fue camarógrafo de la televisión y hace unos 10 años se dedica profesionalmente a la fotografía. Duda cuando se le pregunta si ahora es el fotógrafo oficial de su padre: “Chico, estoy ahí de free lance, pero, prácticamente, también de planta… la ventaja que me tengo es que soy de la familia”.