Ante los niveles de violencia en el país, el obispo de ciudad Nezahualcóyotl, Carlos Garfias Merlos, llamó a los gobiernos federal y estatales, así como a los partidos políticos, a instituir un pacto de unidad en la lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico, “para erradicar la corrupción en las estructuras del Estado mexicano en todos los niveles”.

Agregó: “nos duele en carne propia la situación de un México herido y desencantado por los problemas de inseguridad, secuestros, sobrepoblación en las cárceles, corrupción general, hambre, marginación, desintegración familiar, rezago educativo, ineficacia en la búsqueda y aplicación de la justicia, narcotráfico, violación a los derechos humanos y crimen organizado”.

Añadió que es indispensable un cambio de mentalidad efectivo, que lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida. Aseveró que es necesario que la Iglesia católica participe en la protección del hombre “frente al peligro de la destrucción de sí mismo”.

Florencio Olvera Ochoa, obispo emérito de Cuernavaca, lanzó un “ya basta” a los involucrados en la corrupción y el narcotráfico para que “ya no se dañen a sí mismos, ya no sigan causando tanto daño y dolor a nuestros jóvenes, a nuestras familias, a nuestra patria”.

El religioso se pronunció en su mensaje navideño contra el negocio de la droga, que “es un ídolo que seduce, promete bienestar y vida, pero sólo engendra violencia y muerte”.

Consideró que los gobiernos deben procurar la justicia, superar la corrupción y la impunidad y combatir “lo que fortalece el negocio del narcotráfico: el dinero sucio y las complicidades ilícitas”.