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Los arqueros observamos cómo se gestan las victorias o derrotas

Enrique Meza, de portero con poca actividad a gran técnico

Viajes a Europa para ver futbol, parte de su preparación como estratega

 
Periódico La Jornada
Martes 15 de diciembre de 2009, p. a14

Soy un bendecido del futbol, admite, a pesar de todo, Enrique Meza. Y es que el actual técnico celeste es el único que ha estado en siete de los ocho títulos que tiene el Cruz Azul: sólo le faltó participar en el Invierno 1997, precisamente la más reciente corona conseguida por los Cementeros.

Pocos como El Ojitos Meza pueden jactarse de ser identificados plenamente con la playera cruzazulina, que vistió por primera vez en el lejano 1966. Le tengo un gran cariño a este equipo, admite, pero no encuentra explicación a tanto tiempo sin título de uno de los clubes grandes del futbol mexicano.

–Usted quiere estos colores, ¿cómo explicar un título en 30 años?

–Es muy difícil poderlo explicar, porque en otra época ganamos muchísimas cosas. Da la impresión de que son ciclos que tenemos que apurar. A veces nos conformamos con lo que se hizo en el pasado y el pasado está ahí, sólo es historia. Ahora los retos nuevos de temporada con temporada tienen un grado de responsabilidad muy grande. ¿Cómo poderlo explicar? Está el tiempo que puede explicar cualquier cosa, pero seguramente cometimos muchos errores en todos niveles, los cuales han traído como consecuencia que hay una gran escasez de títulos.

–Sin embargo, usted es el único que ha vivido siete de ellos.

–Es que yo soy un tipo muy afortunado… Te lo digo con franqueza: nunca fui un jugador importante, pero sí afortunado por haber tenido todos los compañeros que tuve y por trabajar en Cruz Azul. A los otros equipos también los he disfrutado mucho y tengo mucho cariño por cada uno.

–Por como le ha ido, usted es un bendecido del futbol…

–¡Absolutamente! No me siento de otro nivel, pero sí muy afortunado. Es muy fácil ver números y estadísticas; sin una gran calidad, sin ser un dechado de virtudes, he podido conseguir algunas cosas.

Sobrevivir sin representante

Meza se ha mantenido vigente a pesar de que es de los pocos técnicos que trabajan sin apoderado. Por primera vez trabajo con uno, porque cuando Cruz Azul me llama, yo tengo un gran cariño por este equipo y no era congruente que yo hablara directamente. Se llama Juan Andrés Sámano. Tiene algunos jugadores y es un tipo que siempre está pensando en el bien de la gente que está asesorando.

Con la final del torneo Apertura 2009, Meza fue empatado por Víctor Manuel Vucetich en el cuarto lugar de los técnicos más exitosos en la historia del balompié mexicano, sólo detrás de Ignacio Trelles, Raúl Cárdenas y Manuel Lapuente.

La mayoría de las personas que lo conocen lo califican de buen técnico, pero sobre todo de mejor persona.

Más allá de los calificativos, se le puede catalogar como un entrenador diferente: sabe que no le pagan por hacer amigos, por orientar a sus pupilos fuera de la cancha o por darles libros, pero él lo hace porque el futbol está lleno de gente que sólo quiere beneficiarse de la amistad de los jugadores.

–¿Cómo se clasifica?, ¿puede combinarse ser un buen técnico y una buena persona?

–Realmente no lo sé. Como un principio básico de mi manera de ser, no me gusta tratar a la gente como a mí no me gustaría que me trataran. Entonces, partiendo de esa base se dan muchos calificativos, porque a veces de ser bueno pasa uno a ser tonto. La verdad, no quiero aparecer como un santo, pero mucho menos como un tonto. Creo que ese es un cambio pequeño que se da siempre en cómo se le dice a las cosas.

–¿Qué se necesita para ser un técnico exitoso como usted?

–Viajé mucho y tuve a los mejores técnicos como maestros. Nos pasábamos todo el año ahorrando para que yo me pudiera ir a ver futbol a Holanda, Suecia, Italia, España, Inglaterra, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, y lo hice muchísimas veces.

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Mi vida gira alrededor del balompié y soy afortunado por las experiencias que he vivido, comentó El Ojitos MezaFoto La Jornada

A Meza le agrada la liga inglesa –más ahora que antes, porque hoy se juega mejor, antes tiraban muchos pelotazos– y también el brasileño, aunque asegura que el balompié nacional puede competir en cualquier lado, y destaca que es difícil, rápido y resistente.

Y como estratega le gusta que sus equipos tengan un buen manejo de la pelota. Sí, eso es lo que más busco. Un entrenador chileno, que ya no vive, decía que de las fuerzas, la técnica es la más fuerte en el balompié y yo comparto esa opinión. Busco que mis equipos jueguen técnicamente bien.

Meza pasó la mayor parte de su carrera futbolística en la banca –algunos lo llamaron el eterno suplente de Miguel Marín– y en una carrera de 15 años sólo sumó 98 partidos jugados.

–¿La banca le ayudó a ver el futbol, aprendió a analizar?

–No lo sé, pero tuve muy buenos técnicos y traté de tomar cosas que me pudieran ayudar de cada uno de ellos. Puede ser que para otra gente sea poco, pero me parece que tuve a los mejores entrenadores de México y también jugadores con una extraordinaria calidad.

Entre los estrategas de los que aprendió, menciona a Raúl Cárdenas, Walter Ormeño, Jorge Marik, Arpad Fekete, Ignacio Trelles y Rubén Maturano.

–Da la impresión que los porteros, por tener toda la visión de la cancha, son buenos para la táctica.

–Quizá se acostumbra uno a ver el futbol desde un ángulo donde el jugador común no lo ve. Hay unos que se convierten en técnicos muy buenos a pesar de haber sido delanteros, defensas o mediocampistas, pero nosotros tenemos la ventaja de ver siempre el futbol desde la parte trasera, donde se van gestando las victorias o las derrotas.

Interés en sus pupilos

–Usted se caracteriza por preocuparse por sus jugadores, por darles libros...

–Intento compartir, solamente compartir. Soy gente que no tiene una buena educación, no soy gente estudiada; entonces, creo que he aprendido unas cosas por la edad, por los viajes y por la lectura.

–¿Y el jugador aprende? Se les considera personas que por la fama y el dinero que tienen no están conscientes de la realidad...

–Sí. Hay que intentar que no les suceda lo que a mí ya me pasó. No les puedo decir nada nuevo, sólo cosas que ya me sucedieron a mí o a mis compañeros. Porque ellos, con la fama que tienen, con el dinero, pueden tener falsas expectativas de lo que es la vida en general. La edad productiva de un futbolista hoy se ha incrementado, pero 34-35 años es una edad bastante importante, lo que quiere decir que la carrera es muy corta.

–¿Es difícil cuando el futbolista tiene fama y dinero hacerlo comprender, mantenerle los pies en la tierra?

–No. Hay mucha gente que ha triunfado siendo así. Yo, por ejemplo, no gané grandes cantidades de dinero, pero siempre mantuve los pies en el suelo, pensando que me gusta mucho el juego, que quería alargar mi carrera; bendito sea Dios que tengo una mujer extraordinaria que me ha apoyado en todo y unos hijos que en momentos muy difíciles nunca se encaprichaban, nunca me pedían algo que estuviera fuera de lo normal.

Mi vida gira alrededor del juego, lo tengo metido en la sangre, pero mi familia también, porque ellos desde pequeños lo primero que vieron fueron cuadros, playeras, algún video de cuando era jugador. Realmente es importante mantener los pies en el suelo y tratar de hacer que los jugadores dignifiquen su profesión.