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Rosaura Ruiz Gutiérrez encabeza la celebración por el 50 aniversario de la AMC

El impacto de la ciencia no es ni lejanamente lo que requiere el país

Nadie en su sano juicio puede negar que ha mejorado, y que el esfuerzo es insuficiente: poco presupuesto, organización deficiente, escasa aplicación y desdén por el conocimiento básico: José Narro, rector de la UNAM

Precisa la más alta prioridad: Rodolfo Tuirán, de la SEP

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de diciembre de 2009, p. 2

En México, el avance del conocimiento no es prioridad nacional y la ciencia no cuenta cuando se trata de resolver los grandes problemas del país, debido a la falta de una auténtica política de Estado que valore su potencial y la ubique como prioridad en su agenda, aseguró Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Durante la ceremonia para celebrar el 50 aniversario de ese organismo, Rosaura Ruiz sostuvo que las decisiones estratégicas para el desarrollo del país aún no incorporan el conocimiento científico. El impacto de la ciencia, las humanidades y la tecnología no es ni lejanamente lo que México requiere.

Señaló que a cinco décadas del surgimiento de la AMC se puede afirmar que la ciencia nacional es un sistema robustecido, conformado por una comunidad, aunque pequeña, de clase mundial, que se ha enriquecido en sus contenidos y alcances al mismo tiempo que se ha diversificado.

Sin embargo, acotó, el sistema científico nacional todavía no desempeña el papel central en el desarrollo cultural y social del país, ni está conformado en el esquema social y productivo de México, ni constituye una parte indisoluble de la vida diaria.

La evidencia más fehaciente, subrayó Rosaura Ruiz, es el avance del oscurantismo a partir de ideologías religiosas opuestas al conocimiento científico, que se expresan con la aprobación de leyes antiabortistas en 17 entidades del país justo 150 años después de las Leyes de Reforma y de la publicación de El origen de las especies, de Charles Darwin, que planteaban la separación de Estado y ciencia, respectivamente, de la religión.

Oscurantismo y ataque a la laicidad

Con el avance del oscurantismo y el ataque a la laicidad con la aprobación de leyes basadas en planteamientos religiosos que definen como humano, con todos sus derechos, a una célula (cigoto), no sólo se viola el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, sino además se prohíbe la investigación en células embrionarias, aun con el probado beneficio que ésta tiene en campos de atención prioritaria como la salud.

Por ello, convocó a todas las instituciones de educación superior, centros de investigación y a la sociedad científica en su conjunto a unirse para contrarrestar el poder creciente de las ideologías opuestas al avance del conocimiento, a promover la interlocución con repercusión efectiva en el diseño de políticas de desarrollo y a intervenir con oportunidad y firmeza en la toma de decisiones concernientes al rumbo que debe tomar el país.

Lamentó que una vez más la Cámara de Diputados haya disminuido la inversión en ciencia para el próximo año, pues lo aprobado para el siguiente año representa 4.6 por ciento menos de lo que se destinó en 2009: el gasto para el sector en 2010 será de sólo 0.34 por ciento del PIB, hecho que evitará que el Estado mexicano cumpla el mandato de ley de alcanzar una inversión de al menos uno por ciento de ese indicador para final de este sexenio.

José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lamentó que el país esté rezagado en materia de ciencia y tecnología, al grado de no contar con un sistema autónomo, propio e independiente porque con ello se pierde soberanía y seguridad nacional.

Nadie en su sano juicio puede negar que en 50 años la ciencia ha mejorado, pero nadie en su sano juicio puede negar que el esfuerzo hecho es insuficiente: poco presupuesto, organización deficiente, orientaciones que no son las correctas, escasa aplicación de la ciencia, desdén por el conocimiento básico y peticiones para que se resuelvan los problemas de la noche a la mañana. Esto así no funciona.

Insistió en que los poderes Ejecutivo y Legislativo tienen que comprender la necesidad de destinar más recursos económicos al sector, como lo marca la ley de ciencia y tecnología.

En representación de la parte gubernamental, Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Superior de la SEP, sostuvo que si se quiere un México más desarrollado, incluyente y competitivo, “es preciso otorgar a la ciencia, la investigación y a la innovación la más alta prioridad. De otro modo nos estaríamos condenando a quedarnos siempre un paso atrás del porvenir”.

Reconoció que lo logrado en la materia, aunque importante, es insuficiente y no responde a las necesidades del país, por lo que al comparar a México con otras naciones, los rezagos son evidentes.

Dio algunas cifras del Foro Económico Mundial que ubican a México en el lugar 63 de 133 naciones en cuanto a calidad de las instituciones de investigación científica y en el sitio 127 en la calidad de la educación en matemáticas y ciencias.

José Antonio de la Peña, director adjunto de Desarrollo Científico y Académico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, consideró que la ciencia en el país no está en una zona de desastre, pero tampoco se trata de decir que todo está bien. Recordó que cada año es ignorada la petición de alcanzar uno por ciento del PIB para el sector.