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Esos movimientos no deben convertirse en ideología que frene el desarrollo

Llegó el momento de sepultar la Revolución, afirma Roger Bartra

Se requiere que los políticos coadyuven a la reconciliación, dice en Los Pinos

 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de noviembre de 2009, p. 6

Es hora de enterrar la Revolución, decir adiós al nacionalismo revolucionario y avanzar hacia una nueva época democrática que permita salir del atraso y el subdesarrollo, advirtió el antropólogo Roger Bartra.

Planteó que las revoluciones son dinámicas y no deben convertirse en una agitación permanente, y menos aún en una ideología que trabe el desarrollo y facultades de los mexicanos.

Bartra fue uno de los galardonados con el premio del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones en México. Al término de la ceremonia en la residencia oficial de Los Pinos para conmemorar el 99 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, comentó que la cultura nacional viene del régimen autoritario (con los gobiernos priístas) que se desarrolló después de la Revolución y que necesitamos enterrar.

Cuestionado sobre la falta de confianza de los ciudadanos en los políticos, el etnólogo resaltó que el principal cambio debe provenir principalmente de la clase política. La sociedad le exige que eleve su nivel cultural y de acción, así como su tolerancia y que entienda que el país está en una nueva situación.

Necesitamos que la clase política desarrolle nuevas actitudes hacia el cambio, con las cuales sea posible lograr la reconciliación y la tolerancia.

Respecto a la pérdida de vigencia de la Revolución Mexicana, aseguró que desde hace mucho tiempo están dadas las condiciones para sepultarla, sólo que el proceso es lento. Toda transición cultural lleva su tiempo, es compleja, pero se está produciendo ya. A veces no se percibe –indicó–, pero ya está ahí, a la vuelta de la esquina.

Explicó que la Revolución se ha vuelto una idea conservadora, es algo del pasado. Se debe entender lo que ese proceso cambió en el país, pero también habría que reconocer el fin de dicha era, así como que nos estamos adentrando en un territorio nuevo, cuyos parámetros todavía no conocemos pero tenemos que explorar.

Unos minutos antes, el presidente Felipe Calderón había comentado que en la gesta que empezó el 20 de noviembre de 1910 no hubo ángeles ni demonios, sino hombres y mujeres con virtudes, defectos e ideales. Bartra coincidió con esa apreciación e insistió en que al derrocar una dictadura abrieron una nueva época, y a nosotros nos toca ahora cerrarla.

Descartó el riesgo de un estallido de violencia porque la ciudadanía rechaza esas actitudes. En cambio, es capaz de impulsar la comprensión de las raíces de esas intenciones que se generan por el desencanto. De la misma manera, las personas tienen la capacidad de frenar los actos de inconformidad y encauzarlos por sendas democráticas, aseguró.