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Oligarquía sobreviviente
 
Periódico La Jornada
Viernes 20 de noviembre de 2009, p. 3

Si en algo se distingue la Revolución Mexicana de otros estallidos sociales ocurridos en la historia es en la sobrevivencia de la clase aristocrática del régimen anterior al levantamiento, en este caso el porfirismo.

Algo que no ocurrió ni en la Revolución Francesa ni la Bolchevique, en Rusia, en las cuales se exterminó a gran parte de la vieja oligarquía.

Así lo sostiene el historiador Friedrich Katz, quien abordó ese tema en la conferencia magistral que dictó el miércoles en el Coloquio Internacional Miradas sobre la Historia.

Es un hecho que Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Pancho Villa, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón murieron violentamente. Luis Terrazas, Olegario Molina, José Yves Limantour murieron de muerte natural y ricos. ¿Por qué pudo sobrevivir la cúspide de la oligarquía si no es que la mayoría de los hacendados durante la revolución?

Según Katz, tanto en el estallido francés como en el ruso empezó una sangrienta guerra civil donde la contrarrevolución fue apoyada desde el exterior. En el primer caso fueron las monarquías europeas, y en el segundo, tropas inglesas, francesas, japonesas y fuerzas estadunidenses.

Es el momento en que surgió el terror revolucionario, subrayó. En esta guerra civil, los revolucionarios acorralados decidieron eliminar a la vieja clase dominante, a la vieja aristocracia, y al mismo tiempo, en el caso francés, vender sus tierras, y en el caso ruso, dividirlas.

Katz sostuvo que lo mismo estuvo a punto de ocurrir en México, luego de que Huerta fue apoyado en su golpe contra Madero por la embajada estadunidense, además de que su gobierno obtuvo el reconocimiento de las potencias europeas.

Sin embargo fue el presidente estadunidense Woodrow Wilson quien, sin saberlo, cambió el curso de la historia al volver la espalda a Huerta y, en cierto momento, aliarse con los revolucionarios.

En todo México, de una manera o de otra, la revolución afectó profundamente a los hacendados. Conservaron la vida, pero nunca recuperaron la influencia política que tuvieron en el porfiriato.